La vida sin música sería un error

La vida sin música sería un error

Cantante, compositor, pintor, director de cine, filósofo,
místico y, sobre todo, un nómada y un rastreador de lo inefable. Así fue el
italiano Franco Battiato, con millones de seguidores en todo el mundo, que
logró armar sus canciones con temas tradicionales que aunaron, por primera vez,
cristianismo, budismo, taoísmo, hinduismo y mucho más. Un cantante que, en el
fondo, fue un buscador, cuya vida estuvo medulada por la música del alma.

Antonio García Martínez, uno de esos detectives espirituales
que hurgan incansablemente en aquello que se escapa al entendimiento y sitúa
más allá de la realidad, ha dedicado casi 400 páginas a estudiar la peripecia
humana y la obra de este compositor que supo embridar sus creaciones en
verdades eternas. Las canciones de Battiato, son la banda sonora de muchas
vidas, que lo veneran y lo siguen escuchando fielmente.

Recuerda Antonio García, al principio de su libro, aquella
frase memorable de Friedrich Nietzsche: “la vida sin música sería un error”.
¡Qué gran verdad! “Tomando como referencia a ese alma artística y sensible que
era Battiato, Antonio García, nos invita a hacer un viaje fascinante, a través
de su figura, como inagotable buscador que era de verdades veladas, con las que
supo impregnar sus más bellas y conmovedoras canciones“, asegura Ramiro Calle
en el prólogo de un libro intenso y sugerente, que ha tenido el acierto de
añadir más de 80 QR en sus páginas, para poder disfrutar de la obra musical,
mientras el lector se pasea por su vida. Sirviéndose de esas canciones y de la
figura del mismo Battiato, como si se tratara del “hilo de Ariadna en el ansia
de encontrar la luz y vencer la oscuridad, nuestro escritor va desvelando el
sentido de las baladas de Battiato, hasta conectar con su alma inquieta y
volcada hacia los adentros, en la búsqueda de lo sobrenatural.

Franco Battiato era, ciertamente, difícil de clasificar,
pero nadie duda de que es uno de los cantantes más influyentes en el ámbito
espiritual e intelectual de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI.
Ese aspecto exterior suyo flaco, con enormes gafas y torpe de movimientos,
junto a una apariencia tímida y silueta cartujana, esconden a un gran hombre:
alguien en quien confluyen belleza artística, honestidad y ética.

En algún momento de su vida nos dirá: “Busco una nueva
percepción de la realidad, que capte lo que hay detrás, no lo aparente. Hoy nos
hemos alejado de los sentidos profundos de vivir. Pero los que buscan, los
monjes, los ermitaños, los místicos, son los que están más cerca de la
luz“.

Para Antonio García, Battiato, fue un hombre del
Renacimiento que nos ofrece un viaje interior que acerca a la meditación, a la
contemplación, al recogimiento y, en definitiva, a lo sagrado. A una vida que
conecta con lo trascendente. O lo que es lo mismo: Battiato es un siciliano
genial, capaz de conseguir que lo acostumbrado nos parezca sorprendente y lo
extraordinario nos suene a cotidiano.

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