Las baterías han llegado para quedarse. El crecimiento de estos sistemas de almacenamiento, llamados a desempeñar un papel esencial en la transición a las renovables, se duplicó con creces el año pasado: se añadieron 42 nuevos gigavatios (GW) a los sistemas eléctricos de todo el mundo. Unas cifras que le convierten, según un reciente monográfico de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en la tecnología de energía limpia de más rápido crecimiento.