En un escenario de insoportable enfrentamiento político, los datos de la economía española que se han conocido esta semana no dejan de ofrecer buenas noticias. El crecimiento y el empleo han desafiado los pronósticos más agoreros y han batido todas las previsiones de los analistas en un contexto de estancamiento de la zona euro, en un entorno de crecientes tensiones geopolíticas y con los tipos de interés más elevados de las dos últimas décadas. Europa va a dos velocidades y en esta ocasión España lidera el grupo de los países que presentan mejor desempeño.