Como cuando en la clausura de unos Juegos Olímpicos el país anfitrión pasa el testigo al siguiente, tras el eclipse del pasado día 8 de abril Norteamérica ha cedido el turno a España, el único país del mundo en el que podrá verse con garantías el próximo eclipse total, el 12 de agosto de 2026. El problema es que ninguna autoridad española ha recogido el testigo. Los expertos de la Comisión Nacional del Eclipse recuerdan al Gobierno central y a los autonómicos que aún no hay un plan para abordar este fenómeno de masas, que puede derivar en colapsos en las áreas más propicias para ver el fenómeno astronómico y la especulación con las imprescindibles gafas de protección.