Los pueblos más bonitos de España que quizás no conozcas y merecen una visita

Los pueblos más bonitos de España que quizás no conozcas y merecen una visita

España es un paraíso repleto de naturaleza, patrimonio e historia. Por suerte cada vez son menos los rincones, de extrema belleza, desconocidos en nuestro país. Los amantes del turismo no dejan casi ningún pueblo sin descubrir, pero algunos son desconocidos por la gran mayoría de españoles y visitantes, y son zonas que merecen mucho la pena, por su espectacularidad, belleza y riqueza arquitectónica, que bien merecen una visita en este mes de abril.

Estos municipios están llenos de tradiciones, gastronomía, leyendas y monumentos que a lo mejor no tienen tanto especio en los libros de viajes, o no tienen tantos reconocimientos, pero que sorprenden a todo aquel que lo visita, y que reúne numerosos atractivos para que la gente los vea, aunque sea una vez en la vida. Son muchos los ejemplos, pero este el podium elegido por los internautas y los bloqueros de viaje.

Maderuelo (Segovia)

Esta villa segoviana, catalogada como Conjunto
Histórico-Arstístico, está situada sobre una gran colina, rodeada por el
embalse de Linares. Es el inicio de las Hoces del Río Riaza. En el siglo X el
pueblo fue repoblada por el conde castellano Fernán González y posteriormente
saqueada por ejércitos de Almanzor. Un siglo después, debido a su situación
privilegiada se fortifica con un castillo y una muralla, convirtiéndose en
cabeza de la Comunidad de Villa y Tierras de Maderuelo, con numerosas aldeas
bajo su autoridad, y llegó a reunir una decena de parroquias.

Hacia finales del siglo XI se erige la interesante ermita de
la Veracruz, y se encontraron en la localidad restos de trece templos
distintos. Como villa de realengo, hasta el siglo XV Maderuelo será
intercambiada por las dinastías reales. De doña Leonor de Navarra a don Juan de
Aragón y de Sicilia, que nombra regidor a Don Diego de Sandoval. Al subir al
trono navarro don Juan realiza el trueque de esta villa por la de Castrogeriz
en 1430. Es así como Maderuelo pasa a manos de Don Álvaro de Luna, valido del rey
Juan II de Castilla. En el tiempo de los Reyes Católicos era regidor Gabriel
Fernández Manrique, conde de Osorno, que cedió su gobierno a don Juan Pacheco,
marqués de Villena.

Durante el Trienio liberal, el 27 de enero de 1822, Maderuelo se anexiona a
otras poblaciones segovianas a la provincia de Burgos. Lo derogó Fernando VII
un año más tarde. En el año 1951 se inauguró el embalse de Linares, en el río
Riaza. Esto sumergió el pueblo de Linares del Arroyo, provocando el práctico
despoblamiento de Maderuelo. Esa condición de lugar casi despoblado indujo al
naturalista Félix Rodriguez de la Fuente a promover el Refugio de Aves Rapaces
de Las Hoces del Riaza, inaugurado en el año 1975.

Rodeada por el embalse de Linares, en Maderuelo se dan cita
iglesias románicas, edificaciones con simbología templaria o restos
arquitectónicos de la época musulmana, lo que le hacen aún mucho más atractivo.
Desde el año 2000 se lleva celebrando el último fin de semana de agosto una
«Fiesta Medieval», que pretende mostrar la vida medieval transportándonos al
siglo XII con la recreación de pregones, alardes, desfiles, teatro, artesanos,
juicios según fuero, escaramuzas, combates, batallas, pasacalles, desafíos con
arco y a espada a finales del mes de agosto.

Muchos son los sitios que visitar, pero una visita ideal es
la que se inicia observando las murallas, que conserva buena parte de los
lienzos y el «Arco de la Villa». Tenía cuatro puertas y el castillo integrado
en el extremo oriental; la población tuvo de ocho a diez parroquias y llegó a
constituir arrabales, que se despoblaron en el siglo XIV. De estos signos
aparentes de prosperidad religiosa se conserva la parroquia de Santa María y
las ermitas de San Miguel, Veracruz y Castroboda.

La estructura del caserío es irregular, con predominio de
estrechas y alargadas manzanas adosadas a la muralla y su relleno parcelario
con tamaños y formas diversas que parecen proceder de alteraciones sucesivas.
Se distinguen dos largos ejes longitudinales de perfil alabeado, que convergen
en las puertas de los extremos del recinto y que se enlazan por múltiples
callejones transversales abiertos a lo largo del tiempo. El conjunto, es un
ejemplo representativo de burgo medieval defensivo.

-Arco de la Villa: Entrada emblemática que protege el acceso
suroeste. Aún conserva los cerrojos, la poterna y unas gruesas puertas de
madera acorazada, con adornos y policromía, blindaje del siglo XV. Hasta
principios del siglo XX disponía de foso y puente.

Este conjunto defensivo se configura con una entrada
abovedada cuya abertura intramuros es un alto arco de medio punto y la exterior
un arco apuntado. Adosado al arco exterior hay otro de medio punto, más alto,
con un gran hueco central o buhedera y realiza la función de matacán para
proteger el acceso.

-Torreón del Castillo: Es uno de los últimos vestigios del
castillo que protegía el acceso norte y fue habitado por los condes de San
Esteban. Sufrió los despiadados efectos de numerosos rayos que han derribado
parte de sus muros. Aún se aprecian la disposición cuadrada de este baluarte,
en cuyo subsuelo existe un aljibe.

-Iglesia-Palacio de San Miguel: Conjunto formado por la
antigua parroquia del siglo XII sin culto, y una vivienda adosada, hoy privada.
Sus muros formaron parte del conjunto defensivo oeste y ha sufrido profundas
remodelaciones. En el siglo XV se adosó una segunda nave rectangular, rematada
con una pequeña espadaña.

 

El campanario-torreón de la primitiva ermita románica de
ábside semicircular, se convirtió en vivienda. En su sobrio interior existen
varios enterramientos enmarcados en arcos góticos, destacando la lápida de la
familia Hermosa. Reconstruida en 1981 gracias a la labor conjunta del
Ayuntamiento y la Junta de castilla y León, se ha convertido en un edificio de
gran actividad social y cultural.

-Ermita de la Veracruz: Nacida como parroquia quedó
“reducida a mera ermita en la que se oficiaba misa todas las fiestas de la Cruz
y de Apóstol” afirmaba Don Bartolomé de Alba en el siglo XVIII en una visita
pastoral. Declarada Monumento Nacional en 1924, esta sencilla ermita templaria
sorprendió al mundo por albergar uno de los mejores conjuntos de frescos
románicos castellanos.

En 1950 la construcción del embalse dio lugar a su
expropiación y obligó a trasladar los frescos al Museo del Prado, quedando unas
débiles improntas en los muros, apreciadas como un tesoro por los vecinos. Es
el templo más antiguo y parece estar reedificada sobre una ermita visigótica.
La tradición habla de que tuvo una cofradía dedicada al enterramiento de los
vecinos difuntos y a obras pías y que, según algunos, los templarios
custodiaron aquí uno de los «Lignum Crucis» que llegaron a España.

También resulta interesante callejear entre los pasajes
empedrados, sin rumbo fijo, dejándose envolver por el sonido de la naturaleza.
Y así, por arte de magia, podemos disfrutar de unas vistas impresionantes del
embalse de Linares o descubrir una catapulta medieval situada en la Bajada
Alcacer, justo a espaldas de la iglesia de Santa María.

Maderuelo y el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza se
han convertido en el paraíso de los aventureros, ya que se puede practicar
piragüismo, windsurf, darse un paseo en barca, pescar o bañarse. También se
pueden hacer excursiones a caballo, numerosas rutas de senderismo o bicicleta
de montaña y observaciones ornitológicas.

Miranda del Castañar (Salamanca)

Esta villa salmantina está asentada sobre un saliente rocoso
al que circundan los ríos Francia y San Benito; es fortaleza y atalaya en el
corazón de la Sierra de Francia. La primera referencia escrita que tenemos del lugar se
refiere a su repoblación por Alfonso IX de León en el año 1213. En el año 1457,
Enrique IV crea el condado de Miranda a favor de Diego López de Zúñiga quedando
bajo su jurisdicción 18 pueblos de los alrededores.

Ejerció un papel destacado en el desarrollo de la comarca.
No sin motivo, acaba de ser incluido en el selecto club de los “Pueblos
más bonitos de España”. Además, se encuentra en mitad del bellísimo
entorno natural de la Sierra de Francia. Fue declarado Conjunto Histórico
Artístico en el año 1973.

Recorrer su casco antiguo es viajar a su pasado medieval con
casas de mampostería y madera características de la sierra, junto a casas de
granito con blasones en las fachadas. Conserva la muralla de algo más de 600 metros, con las
cuatro puertas que dan acceso al recinto histórico. También conserva la torre
del castillo, símbolo de la jurisdicción condal durante más de quinientos años.

El casco amurallado de Miranda del Castañar se presenta como
una ciudad medieval con elementos arquitectónicos propios de la Sierra. La plaza, situada frente al castillo, obra posiblemente del
siglo XVI, de forma cuadrangular, está acondicionada para convertirse en plaza
de toros. Es la segunda plaza de toros más antigua de España, detrás de la
plaza de toros de Béjar.

 

La iglesia parroquial es de estilo gótico del siglo XVI y
techo mudéjar. Sobresalen dos sepulcros góticos y una Piedad hispano flamenca.
En la plaza de la iglesia se conservan casas de distintas épocas desde la que
fue Ayuntamiento y cárcel real pasando por viviendas barrocas.

Torre de las Campanas, del XVII, separada de la iglesia. Su
coste fue sufragado por los vecinos incluidas las campanas para no tener que
pagar por su uso a la iglesia cuando tuvieran que sonar para convocar a los
vecinos, anunciar muertes o catástrofes. Cárcel Real, en una de las esquinas de la plaza, en cuya
fachada se encuentra el escudo de los Zúñiga y Avellaneda.

La Alhóndiga, casa pública o sitio real donde se compraba y
se vendía e, incluso, se almacenaba el grano y se realizaban las transacciones
comerciales. Construido a finales del siglo XVI, es la sede actual del
Ayuntamiento.

La Casa del Escribano, considerada la más hermosa casa
señorial de Miranda.

Se conservan dos de las cinco ermitas que tuvo: la ermita
del Cristo del Humilladero a la entrada de la localidad y, fuera del recinto
amurallado, la ermita de la Virgen de la Cuesta, patrona de la localidad, de
estilo gótico con retablo churrigueresco, bien conservada y con vistas
espectaculares. Cuenta la leyenda que se apareció a unos niños en el hueco de
un olivo, en un paraje de apacible belleza cercano al punto en el que unen los
río Francia y San Benito, donde se alza el santuario, una obra de los siglos
XVI y XVII, según señala la página web: turismosierradefrancia.es.

Candeleda (Ávila)

Este espectacular pueblo abulense se encuentra en la
vertiente meridional de Gredos, a los pies del Almanzor, la portilla Bermeja,
el Casquerazo, los Hermanitos, el risco de la Ventana. De origen medieval, la
localidad recibió el título de villa de Enrique III en el año 1393. Candeleda
está relacionada, en su economía y su cultura, con el Valle del Tiétar.

Entre sus atractivos se encuentra su arquitectura popular, sobre
todo sus “Casas Entramadas”, entre las que destacan por su valor y conservación
«La Casa de la Flores» que construida en 1862 y situada en la Plaza Mayor acoge
el «Museo del Juguete de Hojalata», así como la Casa de la Judería.

En cuanto a los monumentos: -Puentes: El puente del Puerto
es de origen medieval y es también conocido con el nombre de «Puente Viejo». Se
encuentra situado fuera de la localidad, en la «Trocha Real», una antigua senda
trashumante que asciende hasta el puerto de Candeleda.

Existe además otro puente,
conocido con el nombre de «Puente Romano», que se
encuentra en la garganta de Alardos, divisoria de los términos
municipales de Madrigal de la Vera y Candeleda.

 

-Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: La iglesia
parroquial, de estilo gótico rural, data del siglo XV. Destaca su vestíbulo en
forma de bóveda de cañón y el ábside de la capilla mayor. El edificio fue declarado Bien de
Interés Cultural en la categoría de monumento el 30 de noviembre de 1991. El retablo principal
de la iglesia es obra de Juan de Águila y Pedro
del Pozo.

-Castro del Raso: Es un asentamiento vetón situado en el
municipio, concretamente en una zona denominada “El Freíllo”, próxima
a la pedanía de El Raso. Consta de varios recintos amurallados que abarcan una
superficie total de unas 20 hectáreas.

El
castro fue fundado en el siglo III a. C.131
o a finales del siglo II a. C.,130
fue abandonado a mediados del siglo I a. C. y su final estuvo relacionado con
la conquista de los romanos de la zona, en tiempos de Julio César. Parte de los hallazgos arqueológicos
encontrados se encuentran en el Museo de Ávila.Fue declarado como Bien de Interés Cultural el 29 de abril de 1994.

-El rollo judicial: Celebra la concesión del privilegio de
Villa a Candeleda en 1393 por el rey Enrique III el Doliente. Fue sin embargo
construido a finales del siglo XV. Precedente de las picotas hermanas de Arenas
de San Pedro y de Mombeltrán, consta de una basa cuadrada, un fuste de 10
tambores de granito de 2,80 metros de altura y un capitel decorado con un
anillo de bolas sobre el que reposa una cruz.

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