Los sábados de Lomana: Pedro Sánchez «mártir», una presencia divina

Los sábados de Lomana: Pedro Sánchez «mártir», una presencia divina

Hay semanas que parecen meses por lo intensas y pesadas. El tema epistolar de Pedro Sánchez no tiene pase, así que mejor ni hablar. Este grupo que se llama Gobierno solo pierde el tiempo y no ha sido capaz ni de presentar unos presupuestos. No tienen tiempo para gobernar. Están pendientes de sus socios, que en cualquier momento les traicionan, bailan en la cuerda floja como marionetas del «pim pam pum» en manos de Puigdemont y el resto de su pandilla basura, que mueven los hilos.

Mi ultimo viaje en Ave Madrid-Málaga me hizo reflexionar sobre la falta de inversión y mantenimiento en este tren que empezó siendo un orgullo para los españoles y se está degradando por días. Falta de personal, higiene en los baños… Así podríamos enumerar infinitas deficiencias y problemas en nuestro país. Pero no, eso no interesa, solo interesa la manipulación y atacar al PP, culpable de todas las desgracias, según Pedro «el mártir». Él está por encima de todo y de todos, es presencia divina y ha decidido gobernar por decreto ley sin consultar a nadie. El histrionismo que hemos visto en todos los que gritaban cual jauría enloquecida para que no se fuese, encabezados por María Jesús Montero, que ha perdido el sentido del ridiculo, me ha hecho sentir mucha vergüenza ajena. España no se merece estos impresentables.

Un amigo en de tertulia, después de una espléndida comida, me decía que en el interior de los españoles hay algo difícil de entender, un profundo sentimiento absolutamente letal y demoníaco que cuando se revira y se pone enfrente es el mayor diablo sobre la faz de la tierra. Quizá ello nos llevó a matarnos en guerras civiles. Este sentimiento ha vuelto a surgir de forma terrible. El de las dos Españas, con el descaro y el sectarismo de calificar a los que no piensan o se les ocurra llevarle la contraria al jefe de todo lo peor: fascistas, barro, basura… Claro que, dicho por él, es un halago. El sábado pasado cuando escuchaba a los socialistas en Ferraz gritar «No pasarán» pensaba que no se podía ser más viejuno, antigualla y con poca imaginación para seguir con esa cantinela.

A Sánchez se le han puesto en contra todas la personas pensantes con cierto prestigio de nuestro país, pero el más asombroso de todos ha sido Juan Luis Cebrián con una crítica feroz a su juego de cartitas y barbaridades. Cebrián, que siempre apoyó al PSOE desinformando o mejor dicho no teniendo rigor informativo, ya se ha vuelto en contra. Como decía mi amigo Manu, otro que se ha puesto enfrente.

Ante toda esa fealdad vivida, tuve una gran alegría y placer estético al visitar Campo de Criptana, un lugar maravilloso. Por sus campos, imaginó Cervantes al hidalgo caballero Alonso Quijano apodado Don Quijote. La Mancha tiene los atardeceres más bellos que se puedan imaginar. El alto de los molinos es un lugar mágico. Pasear entre ellos e imaginar a Don Quijote cabalgando para arremeter contra esos molinos que creía gigantes es una experiencia espiritual. Si ponéis las palmas de vuestras manos en sus paredes blancas encaladas calientes por el sol y contempláis el cielo naranja del atardecer, se sentirán reconfortados y no querrán moverse de este lugar. En Campo de Criptana nació nuestra Sara Montiel. Siempre a pesar de su éxito universal se sentía orgullosa de su pueblo y de La Mancha.

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