Mientras Francia ha incluido el derecho al aborto en su Constitución, elevándolo a rango de libertad fundamental y enviando así una poderosa señal a todas las mujeres de la Unión Europea y del mundo entero, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, líder de la formación ultraderechista Hermanos de Italia, ha aprobado esta semana un paquete de medidas que incluye la posibilidad de que las asociaciones antiabortistas accedan a las clínicas donde las mujeres van a informarse o a poner fin a su embarazo.