Las redes sociales y el ecosistema de Internet han evidenciado cambios significativos en los modelos de la sociedad española. Nuevos comportamientos o perfiles psicológicos han irrumpido a la par que las nuevas tecnologías. Los especialistas en salud mental trabajan para identificar conductas que suelen repetirse con cierta frecuencia y relacionar a estas con un determinado cuadro clínico.
El síndrome Simón (también escrito en algunos manuales como síndrome de Simón) es uno de esos perfiles que han aparecido recientemente para definir la personalidad. Aunque aún no cuenta con una evidencia clínica testada, lo cierto es que se ajusta al modelo masculino característico del siglo XXI.
En una entrevista para el programa de televisión vespertino “TardeAR”, presentado por la periodista Ana Rosa Quintana, el distinguido psiquiatra español Enrique Rojas (Granada, 1949) ha explicado que “el Síndrome de Simón se da solo en el hombre a partir de los treinta años”.
Características del síndrome de Simón
El médico especialista en psiquiatría lo define como “el hombre light de nuestro milenio”. Propio de las sociedades modernas postindustriales, este perfil psicológico podría ser una variante del llamado síndrome de Peter Pan que sufren aquellas personas que nunca crecen mentalmente.
Es un hombre que solo quiere divertirse, sin comprometerse emocionalmente en sus relaciones afectivas. Se puede percibir por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos y sociales, pues la persona que lo padece suele cambiar de intereses y ocupaciones con regularidad.
Otros rasgos que suelen compartir las personas con síndrome de Simón resultan del trastorno narcisista de la personalidad, distinguido por el comportamiento de grandiosidad, la necesidad de admiración y la falta de empatía. Por tanto, el personaje que protagoniza el mito griego de Narciso podría ser bien llamado ahora también Simón.
¿Qué significa Simón?
Se trata de un acrónimo cuyas letras tienen un significado asociado a un rasgo de personalidad. La S procede de Soltero o la falta de una pareja estable, porque, según argumenta Rojas, “tienen pánico al compromiso”. La I significa inmaduro, en el sentido que suelen expresar sus emociones sin ningún tipo de restricción o de forma desproporcionada a una situación.
Por su parte, la M define a un hombre materialista, que gasta su dinero únicamente en satisfacer sus deseos. Según indican los expertos, “estas personas pueden pasar horas haciendo pesas en el gimnasio, pasar por el quirófano y hacerse algún que otro arreglo estético, orquestar un tipo de vida que en esencia, busca solo ensalzar su imagen”. La O está relacionada con aquel perfil obsesionado por el éxito para aparentar ser mejor que otros. Y, por último, la N tiene que ver con esas personas narcisistas.
