San Anacleto, también conocido como San Cleto o Santa Cletus, fue el tercer papa de la Iglesia Católica, sucediendo a San Pedro y a San Lino. Sin embargo, hay cierta incertidumbre en cuanto a su existencia y los detalles de su vida, debido a la falta de evidencia histórica concreta.
Se cree que San Anacleto fue papa durante el siglo I, aproximadamente desde el año 76 d.C. hasta el 88 d.C. según algunas fuentes, aunque estas fechas no están confirmadas. Se menciona en las antiguas listas de obispos de Roma, pero la información sobre su vida es escasa. Algunas tradiciones lo identifican con el Anacleto mencionado en el Nuevo Testamento, aunque esto es objeto de debate entre los estudiosos.
San Anacleto es recordado por su liderazgo en los primeros años del cristianismo. Aunque poco se sabe sobre su vida, su legado perdura en la tradición católica. Se le atribuye haber fortalecido la estructura eclesiástica y haber consolidado la autoridad papal. Bajo su papado, la Iglesia enfrentó desafíos internos y externos, pero se mantuvo firme en su fe. Aunque algunos detalles de su papado permanecen oscuros, su papel en la transición de la Iglesia primitiva a una institución más organizada es reconocido y honrado. Los cristianos lo recuerdan con gratitud y lo celebran cada 26 de abril.
