Hoy, 30 de marzo, el santoral de la Iglesia Católica conmemora a varios beatos y santos que han formado parte de la historia del cristianismo. Además de ser una forma de honrar a los santos y beatificados, también sirve como una guía para los católicos, que pueden encontrar inspiración en las vidas y obras de estos santos. Hoy celebramos a varios santos, pero el que más destaca es a San Zósimo de Siracusa.
San Zósimo de Siracusa
San Zósimo nació en torno al año 570 en el seno de una familia de terratenientes sicilianos. Tuvo una infancia marcada por el servicio a Santa Lucía de Siracusa, quien padeció el martirio en el año 304, durante la persecución de Diocleciano. Desde los siete años, Zósimo fue entregado a un monasterio cercano a Siracusa, donde su principal tarea era cuidar las reliquias de la santa. Sin embargo, esta vida monástica no encajaba con el carácter del niño, y en una ocasión escapó del monasterio tras una tarea especialmente desagradable que había sido impuesta por el abad Fausto.
Sin embargo, un encuentro en sueños con Santa Lucía cambió el rumbo de Zósimo. La santa le mostró su desaprobación, pero la Virgen María intercedió por él, prometiendo que nunca más desobedecería. Con el tiempo, el santo se adaptó a la vida del monasterio, sumergiéndose en la oración, la alabanza y la contemplación junto a sus hermanos monjes.
Tras treinta años de vida monástica, la muerte del abad de Santa Lucía sumió al monasterio en incertidumbre. Los monjes, incapaces de decidir un sucesor, acudieron al obispo de Siracusa, quien al ver a Zósimo exclamó: “He aquí al que ha escogido el Señor”. Así, Zósimo fue nombrado abad y luego ordenado sacerdote por el obispo.
Durante el tiempo que estuvo al mando del monasterio, San Zósimo gobernó con sabiduría y amor, superando a todos sus predecesores y sucesores. Cuando la sede episcopal de Siracusa quedó vacante, fue la aclamación popular quien eligió a Zósimo como su obispo. El Papa Teodoro lo consagró finalmente como obispo de Siracusa.
Su obispado se destacó por su celo en la enseñanza del pueblo y su generosidad con los pobres. Murió alrededor del año 660, a una edad cercana a los noventa años, dejando una huella imborrable en la historia de la Iglesia. Su legado como líder espiritual y servidor de Dios perdura hasta nuestros días.
Además de conmemorar a San Zósimo de Siracusa, la Iglesia Católica también conmemora a los siguientes santos:
San ClinoSan DomninoSan Juan ClímacoSan Julio ÁlvarezSan Leonardo MurialdoSanta OsburgaSan Régulo de SenlisSan Segundo de AstiBeato Luis de Casáurea (Arcángel) Palmentieri
