Rusia y la guerra remiten a Fátima

Rusia y la guerra remiten a Fátima

Hoy es primer sábado de mes, devoción prometida por la Virgen de Fátima en 1917 y cumplida en Tuy en 1925, para ayudar a la conversión de la humanidad y para alejar el riesgo de «una guerra mayor» que la que entonces se producía, la Primera Guerra Mundial. La «Blanca Señora» les anunció a los tres pastorinhos que el seguimiento de esta devoción era una especial ayuda para salvarse, y alertó que «las guerras son consecuencia de los pecados de los hombres».

Estos días, los tambores de guerra están redoblando con especial fuerza ante las noticias que llegan de los frentes en Oriente Próximo y en la Europa oriental. A estas novedades replican en las retaguardias con informaciones que amplifican el ruido más si cabe, hasta un punto de gravedad desconocido, pues para recordar algo comparable, hay que remontarse a la crisis de los misiles de Cuba de octubre de 1962, que llevó al límite la posibilidad de un choque nuclear entre EEUU y la URSS. Es sabido cómo Kennedy y Kruschov mantuvieron incluso un canal de comunicación no oficial y muy discreto ante la eventualidad de un «error humano» que detonara irremisiblemente el botón nuclear.

Hay motivos más que sobrados para preguntarse cómo hemos llegado hoy a esta situación, cuando tras la desaparición del Muro de Berlín y la misma URSS en 1991, se pensó –como ya escribió Francis Fukuyama– que el mundo había llegado «al final de la Historia». Por supuesto, ese término llegaba con la victoria de las ideas de Occidente y las tesis capitalistas de la libre empresa en una economía de mercado. Con lógicos meandros y altibajos, esa situación ha sido una amplia realidad con excepciones espaciales y temporales, sobre todo con los regímenes marxistas encabezados por China. La creación de la alianza política, económica y social de los BRICS, acrónimo de las iniciales de los cinco países fundadores –Brasil, Rusia, India, Sudáfrica y China– apuesta como sabemos por un nuevo orden «multipolar» frente al actual que consideran hegemónico occidental. El ataque al consulado iraní en Damasco es una escalada que ha puesto al ejército israelí en situación de máxima alerta, llamando a filas a todos los reservistas de la fuerza aérea y suspendiendo permisos ante la posibilidad de un ataque directo de Irán, que es candidato a incorporarse a los BRICS. En el otro frente, Alemania y Polonia alertan a su población de la necesidad de un rearme absoluto tomando conciencia de tener que «estar preparados para la guerra». Rusia y la guerra remiten a Fátima. Y no se hace caso a su mensaje.

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