Salman Rushdie relata en primera persona el atentado que casi le cuesta la vida: “Me quedé quieto como una piñata y dejé que él me destrozara”

Salman Rushdie relata en primera persona el atentado que casi le cuesta la vida: “Me quedé quieto como una piñata y dejé que él me destrozara”

Hay partes que son de terror canónico: “Y cuando la enfermera entró para hacerme la cura del ojo herido, Eliza y los demás vieron lo que parecía un efecto especial de película de ciencia ficción, el ojo muy distendido, saliéndose de la cuenca y colgando sobre el pómulo como un huevo pasado por agua”. Salman Rushdie yacía con un respirador, tenía heridas en el pecho, grapas metálicas en la garganta y la mejilla, le habían extirpado una sección del intestino, el cuello lucía hinchado, oscuro de sangre, y el corazón estaba “magullado”. Su pareja evitó que se mirase en el espejo durante una buena temporada.

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