El día amaneció gris en Siedlce. La ciudad, de unos 77.000 habitantes, está solo a unos 100 kilómetros al este de Varsovia, pero la distancia que la separa de la capital liberal parece inmensa. Este domingo, desafiando el axioma polaco que asegura que el ultraconservador Ley y Justicia (PiS) no tiene posibilidades de gobernar en las ciudades, el partido de Jaroslaw Kaczynski logró recuperar, con más del 97% del escrutinio, este antiguo bastión suyo y demostrar que resiste.