La inestabilidad que salió de las urnas el pasado 10 de marzo en Portugal irrumpió de lleno en la elección del presidente de la Asamblea de la República para la nueva legislatura. Ha sido un acuerdo entre los dos grandes partidos de la democracia lo que ha permitido salir del atolladero, con un pacto para rotar la presidencia del Parlamento entre Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha), ganador de las elecciones por poco margen, y el Partido Socialista, que ha pasado a la oposición después de nueve años de Gobierno.