Solo Sánchez reina sobre el caos

Solo Sánchez reina sobre el caos

Después de su carta a la ciudadanía, podríamos bromear con que Sánchez sabe hilar como nadie puentes y moscosos, apuntar que tenemos el primer presidente de la historia que se retira de ejercicios espirituales o mostrar, en fin, nuestra envidia por alguien que ha realizado el sueño dorado de la contemporaneidad: renunciar por unos días a nuestra agenda pública y, si me apuran, a la privada también. Pero la ligereza no solo es una rareza entre nosotros; también es un motivo de reproche en tanto implica el frío de la distancia en un momento de duelo a garrotazos. En un momento en que no solo no se nos permite ser árbitros, sino que únicamente podemos ser “observadores comprometidos” —como quería Aron— en la medida en que ese compromiso sea la identificación indubitada con un contendiente. La opinión deja así de ser crítica para ser solo militante y toda voluntad de comprensión o descripción será sospechosa de angelismo. España lleva unos años encadenando una excepcionalidad tras otra y una taquicardia tras otra, pero la gravedad de un momento inédito aconsejaría no encanallar ni encanallarse o, al menos, que los actores institucionales dejen por un momento de tuitear a la yugular. Por supuesto, esto es como exigir la paz en el mundo canturreando Imagine, pero es una inocencia en la que hay que afirmarse: el envenenamiento de la esfera opinativa tiene efectos que estamos acusando ya. Lamentablemente, hay que concluir, con más melancolía que sorpresa, que quizá de lo que se trata es de eso. Y, por lo que hemos visto en estos últimos años, quien reina sobre este caos siempre es Sánchez.

Seguir leyendo

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *