TAP saca músculo en pleno proceso de venta y anuncia un beneficio récord de 177,3 millones de euros

TAP saca músculo en pleno proceso de venta y anuncia un beneficio récord de 177,3 millones de euros

TAP se pone guapa para atraer pretendientes. Sumida como está en pleno proceso de venta, la otrora aerolínea de bandera de Portugal, controlada ahora por el Estado luso, ha anunciado un beneficio récord de 177,3 millones de euros en 2023, año en que también alcanzó unos ingresos sin precedentes en la historia de la compañía de más de 4.200 millones de euros.

La empresa lusa ha informado en un comunicado de que su beneficio bruto -ebitda- fue de 871,6 millones de euros, con un margen del 21%, mientras que cerró el año con una posición sólida de liquidez con 789,4 millones de euros.

Durante el año 2023, TAP transportó a 15,9 millones de pasajeros, lo que supuso un aumento del 15,2% en comparación con 2022 y una recuperación en un 93% de las cifras de prepandemia. En paralelo, la compañía incrementó en el 11% el número de vuelos operados, llegando al 88% del nivel previo a la covid. Así, sus ingresos operacionales ascendieron a 4.214,8 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 20,9% frente a 2022 y un incremento del 27,8% respecto a 2019.

Los gastos operacionales de TAP ascendieron a 3.829 millones de euros, lo que equivale a una subida del 18,3% frente a 2022.

TAP se encuentra inmersa ahora mismo en pleno proceso de reprivatización. El Estado portugués recobró el control de la aerolínea para mitigar los efectos de la pandemia, después de que ampliase su presencia en el capital de la compañía y aprobase ayudas millonarias al considerarla “estratégica” para el país. En total, la Comisión Europea dio luz verde a diferentes ayudas estatales que rondan los 3.200 millones de euros, a cambio de un plan de reestructuración, lo que ha dado al Estado luso la propiedad del 100% del capital de la aerolínea. De la misma forma, Portugal es propietario del 72,5% del grupo TAP, donde están el negocio de ingeniería y mantenimiento en Brasil -que cerrará este año-, participaciones en empresas de asistencia en tierra y catering y la compañía aérea regional Portugália.

El Gobierno del socialista António Costa aprobó en septiembre del año pasado un decreto ley para iniciar la reprivatización de “por lo menos el 51%” de la compañía y que reserva “hasta el 5%” a los trabajadores. Sin embargo, un mes después, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, devolvió el expediente sobre el proceso de venta de la aerolínea al Ejecutivo y le solicitó que le aclarase varios aspectos sobre el mismo, incluida la transparencia de la operación.

El proceso de reprivatización de TAP está ahora en manos del nuevo gobierno conservador que salió de las urnas el pasado 10 de marzo.

Interés de IAG

Entre los interesados por la compañía portuguesa figura IAG, el “holding” en el que están integradas las españolas Iberia y Vueling. En un primer momento, IAG trasladó que no tenía interés alguno en TAP y que estaba centrada en cerrar la compra de Air Europa, operación que ahora está pendiente de la autorización de las autoridades de Competencia de la Comisión Europea tras el acuerdo de venta de 500 millones alcanzado en febrero del año pasado. No obstante, el pasado mes de mayo, el presidente de IAG, Luis Gallego, aseguró que analizarían el proceso de venta de TAP para ver si tendría encaje en su proyecto.

La incorporación de la aerolínea portuguesa el grupo hispano-británico tendría todo el sentido del mundo a ojos de uno de sus principales competidores, Ryanair. «TAP parece el complemento perfecto para IAG. Iberia es muy fuerte de cara a Latinoamérica y TAP lo es en el largo radio hacia Brasil, por lo que parece el complemento perfecto. Que TAP acabara en manos de Lufthansa o Air France-KLM lo que haría sería desviar muchos vuelos hacia Fráncfort o París. Lo que tiene más sentido es que se quede en la Península Ibérica», explicaba meses atrás su consejero delegado, Eddie Wilson, a este periódico.

Desde Portugal no tienen tan claro, sin embargo, que la integración de su aerolínea en IAG sea tan buena idea. El pasado mes de febrero, su entonces ministro de Economía, António Costa Silva, aseguró que “no parece una buena solución” debido a la proximidad de los hubs de Madrid y Lisboa. El temor luso es que, tras la operación, el aeropuerto lisboeta perdiera frecuencias y su conectividad se debilitara.

Entre los interesados también estarían los otros dos grandes grupos europeos, Air France-KLM y Lufthansa. La alemana, no obstante, está ahora digiriendo la adquisición de la italiana ITA, surgida de las cenizas de la antigua Alitalia, operación que también analizan las autoridades europeas.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *