Un análisis de sangre detecta la artrosis ocho años antes que los rayos X

Un análisis de sangre detecta la artrosis ocho años antes que los rayos X

Hace algo más de un año la doctora Virginia Byers Kraus, profesora en los departamentos de Medicina, Patología y Cirugía Ortopédica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (Estados Unidos), conseguía identificar la progresión de la artrosis con un análisis de sangre. En concreto, lograba una precisión del 74% en la predicción de la progresión de la artrosis de rodilla y del 85% en su diagnóstico.

Pues bien, la misma doctora ha conseguido todo un hito al validar la precisión de este análisis de sangre o mejor dicho de sus biomarcadores. Y el dato es muy significativo, ya que es capaz de detectar esta patología en la rodilla hasta ocho años antes de que aparezcan signos reveladores de la enfermedad en las radiografías.

Esto proporciona una herramienta muy importante de diagnóstico precoz, lo que podría ayudar en su pronóstico. Algo crucial, ya que las herramientas de diagnóstico actuales a menudo no identifican la enfermedad hasta que ha causado daño estructural a la articulación.

En el estudio, publicado en la revista «Science Advances» y revisado por pares, los científicos han demostrado que los biomarcadores moleculares empleados en el análisis de sangre permiten predecir el desarrollo de la enfermedad, así como su progresión.

Además, el desarrollo de estos marcadores bioquímicos pueden utilizarse también como herramienta de investigación para ayudar en el desarrollo de fármacos eficaces.

«En la actualidad, es necesario tener una radiografía anómala en la que se muestre una evidencia clara de osteoartritis de rodilla, y cuando aparece en la radiografía la enfermedad ya ha estado progresando durante algún tiempo», afirma Kraus en el comunicado del estudio.

«Nuestro análisis de sangre demuestra que es posible detectar esta enfermedad mucho antes de lo que lo permiten nuestros diagnósticos actuales», añade.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron el suero sanguíneo de 200 mujeres blancas, la mitad diagnosticadas con artrosis y la otra mitad sin esta patología degenerativa.

Los científicos descubrieron que un pequeño número de biomarcadores distinguían con éxito a las mujeres con artrosis de rodilla de aquellas sin ella los ocho años citados antes que los rayos X. En concreto, como explican los investigadores en el estudio, «nuestro objetivo fue identificar marcadores bioquímicos que predijesen la osteoartritis de rodilla antes de la aparición de anomalías radiológicas».

Tan solo seis marcadores bioquímicos de la sangre, correspondientes a seis proteínas, alcanzaron una probabilidad del 77% de distinguir a aquellas que desarrollaron osteoatrosis de las que no lo hicieron pasados ocho años.

Un porcentaje muy elevado, ya que la predicción basada en estos biomarcadores sanguíneos fue superior a la predicción tradicional basada en la edad y el IMC (51%) o el dolor de rodilla (57%).

En definitiva, existen anomalías en la articulación que pueden detectarse mediante biomarcadores sanguíneos mucho antes de que los rayos X puedan detectar la osteoartrisis. Y esto podría «brindar una ventana de oportunidad para detener el proceso de la enfermedad y restaurar la salud de las articulaciones», añade Kraus en un comunicado del estudio.

«El diagnostico temprano de la artrosis podría abrir nuevas posibilidades terapéuticas para evitar su progresión», destaca Josep Vergés, presidente de la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI).

«La artrosis actualmente no tiene cura y los únicos tratamientos disponibles son sintomáticos. Un diagnostico precoz de la artrosis podría ayudar a mejorar su prognosis, ya que hoy se diagnostica radiológicamente cuando ya existe cierta progresión», explica Vergés, quien destaca este estudio, ya que la autora es «un referente mundial en biomarcadores».

En cuanto a por qué este estudio se centra en el diagnóstico de artrosis de rodilla, Vergés detalla que «es una articulación bastante fácil de estudiar».

Por qué la rodilla

«Cada articulación -prosigue- es un “órgano” y cada ‘‘órgano’’ es diferente. No es igual una rodilla que las manos, la cadera o los hombros. En la rodilla se ve mejor la artrosis, y existen biomarcadores para saber y evaluar la lesión articular. La artrosis de la columna, en cambio, es muy difícil de estudiar».

Preguntado si es posible que en el futuro se pueda detectar esta enfermedad en otras articulaciones con un mero análisis de sangre, el experto afirma que «ojalá, sería lo ideal porque supondría detectar la artrosis de forma precoz y dar tratamiento en etapas precoces, así se podría evitar o retrasar la artrosis».

Además, «tienen más futuro los biomarcadores, que habría que validarlos, que la resonancia, por ser más económico», añade el presidente de OAFI.

Volviendo a la artrosis de rodilla, «adelantarse ocho años gracias a su detección bioquímica es mucho, porque casi sería la auténtica prevención. Puede suponer que esta persona no se opere y se tenga que poner una prótesis, porque si se detecta previamente se podría empezar antes con las medidas de tratamiento higiénico-dietéticas. Es decir, con la rehabilitación y con la pérdida de peso, que ya se ha demostrado que sirven para reducir la progresión de la artrosis. Pero es que si lo haces antes, la artrosis se va a retrasar más y si tienes fármacos que ayudan a frenar la progresión también, porque lo que haces es evitar que aparezca la artrosis y tener una respuesta mejor si lo diagnosticas tempranamente», afirma Vergés.

«Si somos capaces de identificar estos marcadores bioquímicamente antes que mediante una radiografía en la que la articulación esté alterada evitaremos probablemente la enfermedad en esta articulación», asegura Vergés. Y no solo. «Normalmente la artrosis se tiene en dos o más articulaciones», puede empezar en una rodilla o en manos, y luego cadera, por ejemplo, por lo que aplicar medidas higiénico-dietéticas antes puede evitar o retrasar su desarrollo en otras articulaciones.

La artrosis afecta a unos 35 millones de adultos en EE UU. En España, más de siete millones de personas tienen artrosis. A nivel mundial, casi 600 millones sufrían esta enfermedad ya en 2020 y se espera que aumente un 85,14% en 2050, al pasar de esos 595 millones de afectados a 1.101,6 millones. Todo un tsunami de casos.

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