España se ha consolidado en los últimos cuatro años, tras el mazazo que supuso la pandemia, como uno de los principales destinos turísticos del mundo. Entre enero y marzo pasados recibió 16,1 millones de visitantes extranjeros —el mejor primer trimestre de la historia— y se asoma a la posibilidad de terminar el año con más de 100 millones de viajeros y desbancar a Francia del primer puesto mundial. Tales perspectivas explican el interés inversor por el sector: entre el pasado 1 de abril y el 31 de diciembre de 2025 está prevista la apertura de 260 nuevos hoteles en España, según la consultora inmobiliaria Cbre. Es decir, un establecimiento nuevo casi cada tres días.