Vidas verdes arrasadas por las guerras

Vidas verdes arrasadas por las guerras

Alrededor del 30% de las áreas protegidas ucranianas, que cubren unos tres millones de acres [más de 1,24 millones de hectáreas], han sido bombardeadas, contaminadas, quemadas o afectadas por maniobras militares”, revela Yale Enviroment360, revista online de temática ambiental de la Universidad de Yale, citando al Ministerio de Protección Ambiental y Recursos Naturales de Ucrania. Algunos de los combates más intensos que los ucranianos libran contra Rusia se han producido en los bosques a lo largo del río Donets, en el este del país. Solo en los primeros cuatro meses de la invasión rusa, los satélites detectaron más de 37.000 incendios, que afectaron a más de 101.000 hectáreas. “Las hostilidades han impactado un área de tres millones de hectáreas de bosques y, en la actualidad, 450.000 hectáreas están bajo ocupación o en zonas de combate”, relata Greenpeace.

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Madera ‘maldita’

Toda la madera originaria de Rusia y Bielorrusia ha sido declarada “madera de conflicto”, por lo que no se puede utilizar en productos certificados PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification, en español Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal), según decidió la junta directiva internacional de la organización sin ánimo de lucro que promueve y divulga la Gestión Forestal Sostenible, en una reunión extraordinaria que tuvo lugar el 4 de marzo de 2022. “La invasión militar está en oposición directa a nuestros valores fundamentales. Esta agresión causa dolor y muerte indescriptibles e inaceptables a personas inocentes, incluidas mujeres y niños. También tiene un impacto destructivo inmediato y a largo plazo en el medio ambiente, en los bosques y en las muchas personas que dependen de ellos para su sustento”, informó en nota de prensa. La “madera de conflicto” se define como “aquella que ha sido comercializada en algún momento de la cadena de custodia por grupos armados, ya sean facciones rebeldes o soldados regulares, o por una administración civil que participa en conflictos armados o sus representantes, bien para perpetuar el conflicto o para aprovecharse del mismo con fines lucrativos”, describe. La consideración se produjo tras la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que condenó “en los términos más enérgicos la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania […] [y] la participación de Bielorrusia”. Aplica, asimismo, a toda la madera procedente del territorio ucraniano ocupado.

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