Virus del Nilo Occidental: qué es, síntomas y cómo evitar la transmisión por mosquitos

Virus del Nilo Occidental: qué es, síntomas y cómo evitar la transmisión por mosquitos

La Junta de Andalucía ha confirmado un caso de Fiebre del
Nilo Occidental en un niño de cinco años en Lebrija, Sevilla. Tras diez días de
hospitalización, el niño se encuentra en perfecto estado de salud. Un segundo
caso probable se ha identificado en un joven de 17 años de Dos Hermanas,
Sevilla, quien también se encuentra en buen estado de salud tras 18 días de
hospitalización.

Ambos casos surgieron a principios de marzo, aunque la fecha
de contagio aún no se ha determinado. Ante esta situación, se han activado
medidas de control y se están buscando mosquitos infectados en las zonas cercanas a los
domicilios de los afectados. Hasta el momento, todas las pruebas han resultado
negativas.

En nuestro país, ya se han reportado hasta 113 casos de esta
enfermedad, registrándose el mayor número de casos en agosto (62 casos, entre
confirmados y probables). Por lo que es crucial estar preparados para poder
identificar los síntomas del virus del Nilo Occidental y saber cómo actuar,
especialmente quienes residen en “zonas calientes”, como las marismas
del Guadalquivir en Sevilla, la comarca de La Janda en Cádiz, ciertas áreas de
Extremadura y en menor medida en Cataluña, específicamente en el Delta del
Ebro. Y tampoco se puede descartar la aparición de nuevos casos en otras zonas
del país.

¿Qué es el virus del Nilo Occidental?

El Virus del Nilo Occidental es un agente patógeno que puede
causar una enfermedad grave del sistema nervioso. El virus se mantiene en la
naturaleza mediante un ciclo de transmisión entre aves y mosquitos. Cuando un
mosquito infectado pica a los seres humanos, caballos u otros mamíferos, el
virus puede ser transferido. En estos huéspedes, el virus puede multiplicarse y
potencialmente causar enfermedad. Es importante notar que los seres humanos y
los caballos son considerados hospedadores finales, lo que significa que,
aunque pueden infectarse, no propagan la infección.

Síntomas

Alrededor del 80% de las personas infectadas con el Virus
del Nilo Occidental no muestran síntomas. Sin embargo, el 20% restante puede experimentar
síntomas que aparecen de 1 a 14 días después de la infección. Estos pueden
incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas y vómitos. Estos
síntomas usualmente duran de 3 a 6 días, pero pueden extenderse hasta un mes.

Solo en uno de cada 150 casos, la enfermedad puede volverse
más grave, especialmente en personas mayores de 50 años o aquellas con un
sistema inmunológico debilitado. Las formas graves de la enfermedad, como la
encefalitis o la meningitis del Nilo Occidental, pueden causar confusión,
pérdida de conciencia, debilidad muscular, rigidez en el cuello y debilidad en
un brazo o una pierna.

En los casos más extremos, las consecuencias pueden ser
serias e incluir daño cerebral, debilidad muscular permanente y en algunos
casos, la muerte. Aproximadamente una de cada diez personas con inflamación
cerebral causada por el virus no sobrevive. Así que, en caso de identificar los
síntomas asociados a la enfermedad, es importante buscar atención médica
inmediata.

En cuanto a su diagnóstico clínico, la infección por el
virus del Nilo Occidental se realiza mediante pruebas de detección de
anticuerpos. Anticuepos que, por cierto, pueden encontrarse en casi todos los
pacientes infectados cuando tienen síntomas y pueden durar más de un año. Esto
permite detectar la infección incluso cuando ha pasado mucho tiempo.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la infección por el
virus del Nilo Occidental. Los remedios actuales se centran en aliviar sus
síntomas. Afortunadamente, las personas con una infección leve suelen
recuperarse sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, cuando la infección se
agrava y se manifiesta como enfermedades neuroinvasoras tales como encefalitis,
meningitis o poliomielitis del Nilo Occidental, la hospitalización se vuelve
indispensable.

A estos pacientes se les suministra líquidos intravenosos
para mantener la hidratación, el apoyo respiratorio si es necesario y el
tratamiento para prevenir infecciones secundarias. Es probable que necesiten
cuidados intensivos, que incluyen el manejo del dolor y la atención de
enfermería para prevenir complicaciones secundarias, como neumonía o úlceras
por presión. Es crucial resaltar que una atención médica temprana puede mejorar
significativamente el pronóstico y reducir el riesgo de complicaciones a largo
plazo.

Prevención

Para evitar la picadura del mosquito y, en consecuencia, la transmisión del virus del Nilo Occidental, hay una serie de medidas preventivas que se pueden seguir:

Use repelentes aprobados por la OMS, como los que contienen
DEET, Icaridin o IR3535. Tenga en cuenta la edad y las condiciones de cada
individuo, ya que algunos repelentes pueden ser peligrosos para bebés y mujeres
embarazadas.Vista con ropa clara y holgada que cubra la piel,
especialmente durante el atardecer y la noche. Las telas de algodón pueden ser
más efectivas para repeler a los mosquitos.Instale mosquiteras en ventanas y camas para mantener
abiertas las ventanas sin preocuparse por los mosquitos.Use un ventilador o aire acondicionado para desestabilizar a
los mosquitos con una mínima corriente de aire. Los mosquitos son malos
voladores, por lo que usar un ventilador puede ayudar a mantenerlos alejados.

Para evitar la reproducción de mosquitos, limpie y seque
áreas que puedan acumular agua, como platos de macetas y bebederos, ya que los
mosquitos ponen sus huevos en agua estancada.No elimine a los insectívoros como las arañas, las
libélulas, las ranas o los sapos. Estos pueden ayudar a mantener la zona libre
de mosquitos. Además, también puede considerar plantar ciertas plantas que
repelen a los mosquitos, como la citronela, la hierba gatera o el romero.

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