Zagreb, viaje a la cara más cosmopolita de Croacia

Zagreb, viaje a la cara más cosmopolita de Croacia

Como una bonita melodía compuesta por notas de historia, cultura y encanto y esperando a todos aquellos que quieran indagar en sus calles, sus edificios monumentales y en su gastronomía. Así se presenta Zagreb al viajero. Su cautivadora esencia medieval es lo suficientemente irresistible como para incluirla en la agenda de próximas escapadas «obligadas».

El clima primaveral resulta, además, un aliciente para viajar a esta ciudad europea durante estos meses, y es que las temperaturas medias rondan casi los 20 grados, los días son normalmente soleados y las noches suaves para dar agradables paseos por ella. Estas condiciones, junto a la ausencia de multitudes, hacen que sean unas fechas ideales para disfrutar de los atractivos agramitas.

Es importante saber que la urbe se divide en dos niveles, la Ciudad Alta se erige como el centro histórico y cultural con sus calles empedradas y monumentos antiguos, mientras que la Ciudad Baja respira una vida más moderna y dinámica con sus animados mercados, galerías de arte contemporáneo y decenas de restaurantes para hacer un alto en el recorrido. Ambas tienen esa magia especial que envuelve a toda la capital croata.

En la zona más alta del casco histórico se encuentra la Plaza de San Marcos, rodeada de las sedes del Parlamento y del Gobierno croata. Pero si hay un edificio que llame la atención aquí, ese es la Iglesia de San Marcos, y lo hace por su particular tejado; con sus tejas policromadas se representan los escudos de Zagreb y el Reino de Croacia. Este edificio gótico es sin ninguna duda una de las imágenes más reconocibles de la capital croata.

En la Ciudad Alta también se puede ver la majestuosa Catedral de San Esteban, cuyo estilo gótico y sus dos altas torres solo son una antesala de un interior rico en historia y arte religioso. Tampoco se debe dejar de visitar la Torre Lotrščak, desde la que se tiene una maravillosa panorámica, y el curioso Museo de las Relaciones Rotas. En este peculiar museo se exponen objetos que han donado personas que han vivido rupturas amorosas; curioso y llamativo, ¿verdad?

De igual manera que la Ciudad Alta embriaga con sus atractivos medievales, la Ciudad Baja lo hace con su particular encanto. Visita imprescindible es el mercado Dolac, un centro gastronómico y de productos alimenticios; aquí, cerca de la Iglesia de Santa Caterina y de la Catedral de la Asunción de la Virgen María, se desarrolla buena parte de la vida de los agramitas, por lo que si quiere «conectar» con los lugareños y con la propia identidad de la ciudad es uno de los lugares ideales para ello. Está abierto todos los días.

Siguiendo en la Ciudad Baja, otro imperdible es recorrer la calle Tkalciceva, llena de bares, cafés y, por supuesto, restaurantes para seguir disfrutando de la gastronomía de la ciudad. Pero en esta zona también hay espacio para la cultura y el arte, teniendo como claros ejemplos el Museo Mimara, ubicado en un espectacular palacio neorrenacentista, y la Galería de Arte Moderno, con la colección más importante y completa de pinturas, esculturas y dibujos de artistas croatas de los siglos XIX y XX. También está situado en un lugar privilegiado, ya que ocupa el Palacio Vranyczany, con unas bonitas vistas al Parque Zrinjevac, el cual, aunque pequeñito, es perfecto para pasear y disfrutar del colorido floral que le regala la primavera.

Excursiones tentadoras

Si el viaje a Zagreb dura varios días y apetece una vez allí seguir conociendo el país, resulta vital conocer Varazdin. Llamada la «Viena croata», es famosa por su arquitectura barroca y su ambiente cultural. Así que, y teniendo en cuenta que solo está a poco más de una hora en coche del punto de partida, la que fue en su momento capital de Croacia se presenta como una opción muy acertada para una excursión.

En su casco antiguo se levantan bellos edificios barrocos que, flanqueando las calles empedradas, dotan a la ciudad de un aire aristocrático. También son protagonistas las iglesias y un edificio en concreto, el ayuntamiento, no en vano, es uno de los más antiguos de toda Europa.

Otro de los atractivos es el Castillo de Varazdin. Hoy día esta fortificación renacentista es un museo y alberga muestras de artículos locales y fotografías costumbristas de Varazdin y sus lugareños. Por otro lado, y como curiosidad, en Varazdin hay esculturas de ángeles en casas e iglesias como símbolos de protección. Es tan importante esta figura que hay un museo propio para ellos y hay quien habla de Varazdin como «la ciudad donde duermen los ángeles».

Desde Varazdin, una propuesta muy tentadora es ir al Castillo de Trakošan, en la región de Zagorje y a tan solo 40 minutos. Está camuflado entre la espesura de los árboles y a orillas de un lago; ya solo el entorno hace que merezca la pena hacerle una visita. En el interior se descubren las historias de las familias nobles que han vivido allí y la imaginación vuela sobre cómo se vivía en estos suntuosos castillos.

Como ya estará pensando, con la primavera de telón de fondo, una escapada a Croacia promete una experiencia enriquecedora y cautivadora. No lo dude y ponga rumbo a este fascinante país. Y es que entre el Danubio y el mar Adriático, Croacia le aguarda con ciudades llenas de historia y lugares de una extraordinaria belleza.

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