Antonio Iturbe: “en las pequeñas acciones individuales están los verdaderos cambios del mundo”

Antonio Iturbe: “en las pequeñas acciones individuales están los verdaderos cambios del mundo”

Antonio Iturbe ha publicado “Música en la oscuridad” (editorial “Seix Barral”) este abril, una historia que traslada al lector a un pequeño barrio rural zaragozano de la España de 1930 llamado “Las Casetas”. Este sitio tiene un valor sentimental para el autor, asegura que se trata de “una especie de lugar mítico” en el que nació, pero, que al irse de muy pequeño, pudo conocer sobre todo “a través de la fabulación”.

En el libro se cuenta la historia de Mariano, quien está “muy basado” en el clarinetista Mariano Lozano Sesma. Este llega a Casetas en el año treinta para encargarse de una banda municipal compuesta por agricultores sin formación.

Mariano no lo tiene fácil y tiene que salir adelante con su mujer Joaquina, quien vende bocadillos para ayudarle. “Las mujeres, ya sabemos, en la historia, en las enciclopedias … han estado completamente marginadas, pero ellas han sostenido el mundo con su trabajo, su esfuerzo, su dedicación… y Joaquina es un ejemplo” dice el escritor. “Mariano es el protagonista de la historia, es el clarinetista, el que arma la banda, el soñador, pero para que existan soñadores también tiene que haber gente práctica, trabajadora y combativa como Joaquina… que de alguna forma sostenga el castillo porque sino el castillo se derrumba”, continúa explicando.

La novela está basada en hechos reales, Jerónimo, quien aparece junto a sus dos nietos ya desde la primera página del libro, se trata del abuelo de Iturbe. Aquel nieto que abre el armario y se encuentra con el impermeable azul de su abuelo es el propio escritor.

“La historia surge sobre todo de esas preguntas que nunca hacemos cuando deberíamos hacerlas y después nos arrepentimos de no haberlas hecho, cuando personas a las que queremos ya no están y decimos: ¡maldita sea! ¿por qué no le pregunte esto?” asegura Iturbe. “¿Cómo es posible que una persona de campo como él, que fue a la escuela por dos o tres años, con muy pocos estudios… llegara a tocar el saxofón y en segundo lugar, ¿por qué nunca más volvió a tocar?” dice hablando de su abuelo.

Otro personaje basado en una persona real es Julia, tal y como la describe en el libro: una joven detrás de la barra de la cantina con “la mirada gastada de las mujeres a las que no se les ha permitido ser niñas”. Esta directamente basada en la abuela del autor a quien no llego a conocer, “murió muy joven” explica, “pero a través de la novela he podido contactar o reencontrarme con ella de alguna manera”.

Hay otros personajes que “completan el paisaje” y surgen directamente de la imaginación del autor como es Hilaria, la bruja de Casetas. Aunque no es real, “Hilaria emerge con tanta fuerza que para mí es un personaje en la historia ya tan verdadero como el resto”. El escritor asegura que con ella intentó representar a los curanderos, a la propia curandera que había en el lugar en aquellos años. “Son personajes muy importantes en esa época, muy influyentes… no hay médicos para todos los pueblos ni para todos los bolsillos. Son los médicos que tienes a mano con un enorme conocimiento sobre remedios naturales”.

Los años 30 fue un momento difícil para España, no es la primera vez que el escritor ambienta sus historias en épocas de guerra, ya lo hizo con la Segunda Guerra Mundial en “La bibliotecaria de Auschwitz”. Iturbe declara que “no quería hacer una novela sobre la guerra civil, de hecho, no lo es, pero cuando entras en los años 1930 es un río de aguas revueltas que siempre acaba desembocando en la Guerra Civil y esta novela no podía ser de otra manera. En 1936 todo ese sueño de la República estalla en pedazos y en esa pequeña población rural de Zaragoza, en Casetas, pues también hay un estallido terrible”.

Cuando se le pregunta sobre lo que quería transmitir con la novela, lo tiene claro: “Por un lado, intentaba ser una pequeña historia universal porque es la historia de ese barrio rural de Zaragoza, pero puede ser la historia de cualquier pueblo y cualquier ciudad en la España de los años 1930, que se mueve entre esa euforia febril de la entrada de la República y el cataclismo de la guerra”.

“Lo que yo quería mostrar es cómo las personas pequeñas, sencillas, humildes como ese sastre clarinetista que arma esa pequeña banda de música de agricultores, que es un hecho que nunca saldrá en las Enciclopedias, para mi es significante porque creo que en las pequeñas acciones individuales están los verdaderos cambios del mundo”. Para el autor la Historia se ocupa “de los grandes estadistas, los generales de las batallas” y la literatura “de esos pequeños soldados de a pie… de los que se quedan en casa a esperar con esa terrible losa de la incertidumbre. Creo que la literatura que busca un poco el relato de la emoción complementa muy bien a la gran Historia”.

Antonio Iturbe ya está pensando en un tema para una nueva novela, volviendo al barrio de Barcelona donde creció, La Barceloneta. El autor explica que tiene “ya una edad en la que uno va regresando a los sitios”. “De joven tú eres una flecha que vas hacia delante y te quieres ir de tu viejo barrio, te quieres ir de casa de tus padres, te quieres ir al gran mundo y luego hay una edad en la que empiezas a regresar… yo estoy ahora merodeando otra vez en ese barrio de infancia y creo que la próxima historia surgirá de ahí”.

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