Así era Z, la neandertal que Netflix ha reconstruido para la ciencia

Así era Z, la neandertal que Netflix ha reconstruido para la ciencia

Netflix ha hecho de todo. Bueno, sobre todo documentales
y series sobre crímenes de lo más truculentos. Pero, entre tanto true
crime, parece que la plataforma ha decidido apostar por algo diferente, un
documental sobre nuestros antepasados.
No es la primera vez que hablan sobre antropología evolutiva, desde luego, pero
sí es la primera vez que apuestan tan fuerte por los neandertales, la especie
más cercana a la nuestra. De hecho, hay más, porque en el documental, vemos
como unos científicos
reconstruyen el rostro de una neandertal fallecida a mediados del pleistoceno en
Kurdistán. Ella es Shanidar Z y su aspecto ha revelado datos interesantes
sobre estos parientes evolutivos de la humanidad.

Dicho en palabras de la propia nota de prensa: Un nuevo documental
de Netflix ha recreado el rostro de una hembra de neandertal
de 75.000 años cuyo cráneo aplanado fue descubierto y reconstruido a partir de
cientos de fragmentos óseos por un equipo de arqueólogos y conservadores
liderado por la Universidad de Cambridge. La obra ha sido autoría de dos
paleoartistas expertos, los hermanos Adrie y Alfons Kennis. Para ello,
escanearon el cráneo
que ya había sido reconstruido tras su descubrimiento en 2018, ya que originalmente
se encontraba fragmentado y aplanado. Tras escanearla, la imprimieron en 3D, de
modo que pudieran esculpir las capas de carne y hueso poco a poco sobre ella.
Así es como Shanidar Z fue cobrando vida, pero no de cualquier manera, sino con
la cienica.

Músculos sobre hueso

Puede parece que el trabajo de paleoartista
es más de artista que de científico, pero nada más lejos de la realidad. Lo
cierto es que, cuando uno de ellos empuña el lápiz o toca la arcilla es porque
ya ha hecho un análisis detalladísimo de todo lo que conocemos sobre la anatomía
de esa especie extinta, de sus parientes vivos más cercanos y de anatomía en
general. Solo así podrán entender dónde se insertan los músculos y deducir
el volumen que tenían. ¿Dónde podemos esperar que tuvieran cartílagos? ¿Qué
podemos saber con certeza?

La imaginación desbocada no es bien recibida en esta
profesión. Todo ha de estar bien argumentado, apoyado en pruebas. Porque,
del mismo modo que podemos reconstruir razonablemente bien la cara de alguien a
partir de su calavera, como bien saben los forenses, también podemos hacer lo
propio con otros homínidos, como puede ser un neandertal. Nuestros huesos
están llenos de pequeñas elevaciones en las que, en vida, se anclaban los
músculos y, cuanto mayor sean, más voluminoso era el músculo que se insertaba
allí. De ese modo y con la parsimonia propia de la profesión, estos dos
artistas han devuelto la vida a Shanidar Z para la pequeña pantalla gracias a
Netflix.

Conociendo a Z

Por el resto de los huesos y los dientes, los científicos
han podido estimar que Shanidar Z tenía unos 40 años, lo cual era todo un logro
para la época y, posiblemente, indicaba que había recibido cuidados de otros
miembros de su especie. Por otro lado, parece que había cenizas enlos
alrededores de este cuerpo, así como otros encontrados en este estrato de la
cueva de Shanidar, en Iraq. Fragmentos de alimentos carbonizados en capas
superiores que sugieren que la relación con los muertos era diferente, más
cercana y menos tabú que en la actualidad.

En palabras de la doctora Emma Pomeroy, paleoantropóloga del
Departamento de Arqueología de Cambridge, “El cuerpo de Shanidar Z estaba al
alcance de individuos vivos mientras cocinaban y comían. Para estos
neandertales, no parece haber esa clara separación entre la vida y la muerte.
Podemos ver que los neandertales regresan a un lugar particular para enterrar a
sus muertos, puede que décadas o miles de años después. ¿Es solo una
coincidencia, o es intencional, y si es así, qué los trae de vuelta?” Unas preguntas
que, a su vez, despiertan otras sobre nuestra relación con la muerte. ¿Cuándo
empezamos a ser conscientes de lo que significaba? O lo que es más importante…
¿acaso lo somos ahora?

QUE NO TE LA CUELEN:

La contribución de estos dos paleoartistas es valiosa para
la comunidad académica, pero no es una revolución de ningún modo. Sin embargo,
todo lo que una plataforma privada impulse proyectos científicos es algo que la
comunidad celebra. Ahora conocemos más a Shanidar Z, y eso es una magnífica
forma de dar a conocer a los neandertales ante el gran público como lo que
realmente eran: nuestros hermanos evolutivos, ni nuestros antepasados, ni
bestias prehistóricas.

REFERENCIAS (MLA):

The
recreated head of Shanidar Z, made by the Kennis brothers for the Netflix
documentary ‘Secrets of the Neanderthals’ based on 3D scans of the
reconstructed skull. (BBC, 2024)

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