Quizá la mejor observación de lo que se vivió este sábado en Bilbao la aportó Julia, una niña de siete años. En medio del ambientazo y los cánticos en la Plaza Nueva del Casco Viejo, a la hora del aperitivo, su padre le preguntó:
Quizá la mejor observación de lo que se vivió este sábado en Bilbao la aportó Julia, una niña de siete años. En medio del ambientazo y los cánticos en la Plaza Nueva del Casco Viejo, a la hora del aperitivo, su padre le preguntó: