Castiza y sobria: la boda regia del alcalde Almeida

Castiza y sobria: la boda regia del alcalde Almeida

José Luis Martínez-Almeida bajó del coche y dio el último resoplido a su llegada a la histórica Parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja, en Madrid. Se recompuso el chaqué y anudó su garganta para contener la emoción. Impecablemente vestido por el sastre madrileño Fernández Prats, quien, por cierto, habrá dado por buenas las 70 horas de trabajo, el novio se permitió un baño de masas. Era, por fin, su boda y confesó estar viviendo el día más feliz de su vida al desposarse con la joven Teresa Urquijo, nieta de Teresa de Borbón-Dos Sicilias.

Miembros de la Familia Real, aristócratas, empresarios y políticos fueron llegando bajo un cielo que amaneció algo plomizo, pero sin amenaza de agua y con temperatura agradable. Como invitado de honor, un rejuvenecido rey Juan Carlos, que caminaba más ligero que en otras ocasiones y a quien Martínez-Almeida saludó dominando el arte de la reverencia. A su lado, la infanta Elena, junto a sus hijos Felipe y Victoria de Marichalar, y la infanta Cristina, con Juan Urdangarin. Por parentesco y conexión emocional, son conocidos sus lazos con la familia de la novia. La feliz madre de Teresa, junto a su hijo menor Juan Urquijo, recibió al rey Juan Carlos a la entrada de la iglesia. Una vez dentro, este se fundió en un cálido abrazo con su prima Teresa de Borbón.

Ya vez en el templo, la emoción resultó incontenible. Y, según cuentan a LA RAZÓN, el alcalde lloró al ver aparecer a la novia del brazo de su padre, Lucas Urquijo y Fernández de Araoz. Los invitados presenciaban encandilados el momento. A su lado, ejerciendo de madrina, su hermana mayor, Casilda. Dicen que, desde que conoció a la aristócrata, el alcalde ya no tuvo ojos para nadie más. La novia caminó hacia el altar con un vestido joya con historia para rendir homenaje a su familia, pues la base es la misma que lucieron su abuela Teresa de Borbón-Dos Sicilias y su madre, Beatriz Moreno y de Borbón. Se trata de un diseño muy ajustado a la cintura que se abre con una falda de gran volumen y larga cola desmontable de seda natural bordada en hilo de plata. Ha sido modificado en el atelier Navascués, de la diseñadora Cristina Martínez-Pardo, familiar de Martínez-Almeida, para adaptarlo al cuerpo y a las necesidades y gustos de la joven. A los pies, unos zapatos de tacón sensato. Llamaron la atención sus piernas sin medias.

Teresa Urquijo lució elegante, sofisticada y muy clásica, tal y como cabía esperar de una mujer cuya máxima es la sobriedad y la discreción. De sus manos colgaba un austero ramo con flores de temporada llenas de significado. Narcisos blancos, símbolo de los nuevos comienzos. Lila, la inocencia. Margaritas, la belleza. Ranúnculos verdes, la seducción. Y laurel, que representa la historia, la grandeza y la tradición.

Unos 500 invitados se han dado cita en un enlace en el que las joyas, pamelas, diseños y linajes regios han contrastado con la austeridad de la novia. Ella fue quien aproximó su cara cuando a la salida los presentes pidieron el tradicional beso con el que los recién casados sellan la ceremonia religiosa. Fue un beso casto en la mejilla, similar al de los reyes Felipe y Letizia, que sonrojó al tímido alcalde madrileño. Habría que recordarle que guerra avisada no mata soldados. ¿No había sido Teresa la que pidió una boda en absoluta intimidad?

Entre los asistentes, destacó la elegancia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con un diseño de lunares y color buganvilla firmado por Victoria, la firma de moda de Vicky Martín Berrocal y una de sus marcas de cabecera. También los duques de Huéscar han acompañado a los contrayentes. Sofía Palazuelo es sobrina nieta de Piru Urquijo, abuela de la novia, y descendiente, igual que Teresa, de Gregorio Marañón. La aristócrata apostó por un vestido semientallado color verde jade de la firma Devota & Lomba.

Magdalena, hermana del novio, no pudo ocultar su alegría por el casamiento y bromeó: “Ha encontrado a su media naranja, la espera ha valido la pena porque Teresa es una persona maravillosa y llena de bondad y José Luis se ha emocionado porque nuestros padres están en el cielo. Él era el ojito derecho de mi madre y probablemente ella ha tenido que ver algo en esto”..

Sus cinco hermanos, como el resto de la familia, han sido muy importantes para Almeida en este día tan especial, pero particularmente Casilda, su madrina. Esta abogada, especializada en Derecho Fiscal, Mercantil y Civil en Madrid y colchonera como él, escogió un un vestido rojo de Navascués y un tocado de Conchitta que combinó con joyas de la familia.

Tras la ceremonia, el banquete nupcial en la finca familiar El Canto de la Cruz. Allí se unió la reina Doña Sofía, que no estuvo presente en el acto religioso. Extrañó su ausencia, pero ya lo hizo así en el enlace de Marta Urquijo y Joaquín Marcos el pasado mes de febrero.

Fiel su estilo clásico y muy elegante, lucía un conjunto azul celeste con chaqueta de estampado floral que dejaba a la vista un collar.

Información de Fran Gómez, Raúl Higuera, Marta Osuna, Patricia Poncini, Jaime Echagüe y Marian Benito.

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