«Cena a la Luz de las Contradiciones» no solo fue una celebración de un ascenso, sino del triunfo del amor y el humor sobre la adversidad.
Por Ehab Soltan de El diario de Clara y Alejandro
Hoylunes – Clara, con una sonrisa que desarmaría al más gruñón de los mortales, se acercó sigilosamente a la cama donde Alejandro reposaba su fatiga y descontento. En un susurro suave, cargado de amor y una pizca de picardía, intentó despertar a su amado.
Clara: (Con voz melodiosa) Despierta, querido, hoy el amor y el éxito se visten de gala en nuestro hogar.
Alejandro: (Entre bostezos y confusión) ¿Celebración? A estas horas, mi único deseo es fusionarme con las sábanas.
El tono de Clara era el preludio de una velada que prometía ser tan inesperada como encantadora, aun cuando Alejandro se mostraba reticente.
Clara: No tienes que mover ni un dedo, mi amor. Hoy el festín y el júbilo vienen a ti. Solo nosotros, en la intimidad de nuestro hogar, brindaremos por tu ascenso.
Alejandro: (Con voz resignada) Celebrar parece un sarcasmo cuando mi sueldo decide jugar al escondite.
Pero Clara, armada de una determinación y optimismo inquebrantables, estaba dispuesta a transformar la negatividad en chispas de alegría.
Clara: Olvídate del mundo por una noche. Imagina este pequeño recorte como el comienzo de algo grande. Además, he preparado algo especial para nosotros. Será una cena que recordarás con amor, no con lástima.
Alejandro: (Rendido ante la insistencia de Clara) Gracias, pero mi espíritu de fiesta parece haber salido de viaje.
Clara, con una mezcla de ternura y una resolución férrea, no estaba dispuesta a aceptar un no por respuesta.
Clara: Ah, ¿así que no? Mira que me convierto en tu tormento dulce, Alejandro. ¡Esta noche bailarás al ritmo de mi amor, te guste o no!
Alejandro: (Finalmente sonriendo) Bueno, si es en compañía de tu locura, ¿cómo negarme?
Y así, en una atmósfera iluminada por velas y susurros de complicidad, Alejandro y Clara se sumergieron en una velada que, entre risas y miradas cómplices, se convirtió en un oasis de amor incondicional. La noche se llenó de música, carcajadas y promesas de un futuro juntos, sin importar los desafíos salariales o las prohibiciones de fumar.
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