Cómo la calima afecta nuestra salud. Descubre sus riesgos y precauciones

Cómo la calima afecta nuestra salud. Descubre sus riesgos y precauciones

Este lunes, un frente atlántico entra en la Península,
trayendo consigo abundante nubosidad y precipitaciones en la mitad noroeste,
especialmente en los Pirineos, el Cantábrico y Galicia. Esta lluvia contribuirá
a purificar la atmósfera y mejorar la calidad del aire en estas regiones. A
medida que avanza el día, las precipitaciones podrían extenderse a otras
regiones. Sin embargo, en los extremos este y sureste de la Península, no se
esperan lluvias y se mantendrán secos. Baleares también se espera que permanezca
seco. Según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la
calima y su polvo en suspensión persistirán en estas zonas.

 

¿Puede la calima ser peligrosa?

Conocemos por calima a una nube de polvo del Sáhara que ha
sido arrastrada por el viento hasta alcanzar algunas zonas de la Península.
Aunque no es letal, esta nube de polvo en suspensión es ciertamente peligrosa,
porque puede empeorar la calidad del aire y, en consecuencia, suponer una presión
adicional a nuestros pulmones, empeorando las enfermedades respiratorias
preexistentes.

Esta nube naranja está compuesta por aluminosilicatos,
arcilla, yeso, calcita y otros minerales, además de partículas microscópicas de
bacterias, hongos, polen y otros elementos. Estas partículas son extremadamente
pequeñas, entre 100 y 400 veces más pequeñas que un milímetro. Debido a su
tamaño, estas partículas pueden recorrer nuestras vías respiratorias y alcanzar
áreas sensibles que normalmente no están expuestas a estas sustancias.

Esto puede causar inflamación en nuestros ojos y en las
mucosas que cubren el interior de nuestra nariz y boca, así como el resto del
aparato respiratorio. Para la mayoría de las personas, esto no supone un
problema serio. Puede causar sequedad en las mucosas con las que entra en
contacto, como los ojos y las vías respiratorias superiores. Además, la calima
puede causar molestias incluso a personas sanas, como picor y enrojecimiento de
los ojos, sequedad bucal y posibles crisis en personas con problemas de salud
mental, como el estrés o la ansiedad.

No obstante, aquellos con enfermedades respiratorias
obstructivas preexistentes, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC), pueden ver empeorados sus síntomas durante los episodios de
calima. En casos de exposición prolongada e intensa, pueden desencadenarse
episodios de tos repetida, disnea o dificultad para respirar, y broncoespasmos
o sibilancias.

Por último, hay que recordar que las mujeres embarazadas,
los niños pequeños y los ancianos deben tener especial cuidado. La exposición
intensa a episodios de polvo del Sáhara también empeora el pronóstico de los
pacientes ingresados por insuficiencia cardíaca y es un factor predictor
independiente de mortalidad intrahospitalaria en estos pacientes.

Para mitigar los efectos de la calima, se recomienda evitar
salir de casa si es posible, y si se sale, hacerlo con la mascarilla puesta,
que puede ayudar a filtrar estas partículas, reduciendo el riesgo de
complicaciones respiratorias, actuando como un eficaz método de barrera que
evita que esas partículas entren en contacto con la mucosa nasal y el sistema
respiratorio. También es importante beber mucha agua para hidratar bien las
mucosas y evitar hacer ejercicio al aire libre.

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