Mi debilidad: me fascinan las crónicas vividas de los años hippies, cuando el mundo se volvió del revés. Resulta alucinante pensar en redes clandestinas de apoyo que funcionaban incluso a escala internacional. Como las que protegían al apóstol del LSD, Timothy Leary, tras organizar su fuga de una cárcel californiana. Confesiones de un adicto a la esperanza (Página Indómita) está escrito durante la huida, lo que implica —cuidado— que abunden las elipsis y los detalles camuflados.