¿Cuál es más saludable, la comida caliente o la comida fría?

¿Cuál es más saludable, la comida caliente o la comida fría?

La comida caliente posee ciertas ventajas para nuestra
digestión debido a la temperatura constante de alrededor de 37 grados Celsius
que se mantiene en nuestro estómago y en todo nuestro organismo. Cuando se
ingieren alimentos calientes, estos ya están próximos a la temperatura de
nuestro cuerpo, facilitando así el proceso digestivo.

En contraste, cuando
consumimos alimentos fríos, nuestro estómago tiene que emplear tiempo y energía
para calentar dichos alimentos hasta alcanzar la temperatura corporal. Este esfuerzo adicional puede ralentizar la digestión,
generando en ocasiones una sensación de pesadez o incomodidad. De este modo,
los alimentos cocidos o calientes son digeridos con mayor facilidad, lo que
podría ser especialmente beneficioso para aquellas personas que padecen de
digestiones pesadas.

Otro aspecto relevante a considerar es que el consumo de
comida caliente puede influir en la cantidad que comemos. Según un estudio
llevado a cabo por la Western Washington University, en el que se examinaron a
120 participantes a quienes se les sirvió dos veces el mismo sándwich, una vez
frío y otra caliente, se descubrió un resultado interesante: aquellos individuos
que consumieron el sándwich frío experimentaban una sensación de no haber
comido lo suficiente. Como consecuencia, estos sujetos tendían a solicitar más
comida de la que inicialmente habían recibido.

Los alimentos fríos suelen permitirnos comer a un ritmo
acelerado, mientras que los alimentos calientes nos hacen comer más despacio,
lo que sin duda favorece el proceso de saciedad y nos ayuda a tener un mayor
control sobre la cantidad que comemos. Sin embargo, es esencial recordar que, a
pesar de que la comida caliente pueda hacernos sentir más saciados, esto no
significa automáticamente que sea una opción más saludable. En absoluto.

Cuando la calidad de los platos fríos que consumimos es
alta, no es necesario regular tanto la cantidad de alimentos que ingerimos. Por
ello, es importante que incluyamos alimentos realmente saciantes, nutritivos y,
preferiblemente, que nos hagan masticar más, para así comer más despacio, tal
como lo haríamos con un plato caliente de verduras o legumbres. En resumen, si
preparamos alimentos fríos, es crucial incluir más alimentos ricos en fibra,
como verduras, legumbres o granos enteros, que nos aporten sensación de
saciedad.

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