Del alivio al vértigo en el PSOE: «Esto nos pasará factura», reconocen

Del alivio al vértigo en el PSOE: «Esto nos pasará factura», reconocen

Pedro Sánchez es un político impredecible, pero esta vez ha ido «demasiado lejos». El PSOE ha vivido intensamente los últimos días, sometido a una situación de estrés sin precedentes, ante el abismo que suponía el vacío de poder si su líder decidía finalmente abandonar el cargo. La montaña rusa socialista ha pivotado desde la más absoluta incertidumbre al alivio. Con todo, la sensación de incomprensión todavía se mantiene.

La gestión de la crisis se ha llevado con un hermetismo que ha dejado ciegos y sordos a muchos cargos socialistas, incluso del máximo rango. No en vano, la vicepresidenta primera y número dos del PSOE, María Jesús Montero, reconoció haber conocido a través de X –antiguo Twitter– la decisión de su jefe de darse un tiempo. También en el núcleo duro del presidente, que estaba reunido en una «cumbre» estratégica el miércoles en Moncloa, cuando su jefe les trasladó la carta que había escrito junto a su mujer. «La sorpresa fue absoluta», reconocen.

La continuidad de Sánchez es el mejor escenario para el partido, que abonado a su hiperliderazgo, no tiene una alternativa definida a su figura. Tampoco la disolución de las Cortes suponía un horizonte favorable, pues el PSOE ya perdió las últimas elecciones y consiguió por la mínima –con una mayoría exigua– retener el poder a cambio de costosas cesiones. Además, con el espacio a su izquierda en descomposición, por las dificultades que está teniendo Yolanda Díaz para compactar a las familias que componen Sumar, una nueva cita con las urnas supondría una verdadera trampa para la «mayoría progresista». Por ello, la sensación de alivio lo recorrió todo.

[[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/espana/sanchez-queda-decidido-seguir_20240429662f63cac0b95c0001d111ed.html|||«He decidido seguir»]]. Estas palabras de Sánchez generaron una euforia indisimulada, tanto que incluso durante la comparecencia oficial se colaron gritos de júbilo desde el Palacio de La Moncloa, pero a medida que se disipaba el citado alivio por el «match ball» salvado, comienzan a hacerse lecturas que se abonan al escepticismo y la preocupación. Hay cargos consultados por este diario que se preguntan por la idoneidad de haber generado esta situación y sostenerla durante días. Un test de estrés innecesario al que se ha sometido al partido para llegar a este resultado. «Esto pasará factura», apunta otro cargo, que considera muy riesgoso haber tensionado tanto la situación. Quizá no a corto plazo, reflexiona, pero sí a medio. Amagar con detonar la bomba nuclear de una dimisión o sembrar dudas sobre el convencimiento de seguir al frente del Gobierno coloca a Sánchez en una posición de vulnerabilidad, algo que mina esa imagen de fortaleza que se había cultivado hasta ahora.

«Ha demostrado cuál es su punto débil y ahora la ofensiva se recrudecerá», señala otra fuente que anticipa que «la situación irá a peor». En este sentido, en el partido hay quienes dan por hecho que el PP llamará a comparecer en la comisión del Senado al propio presidente e incluso podría hacerlo también a su mujer. No creen, por tanto, que esto sirva para poner coto al envilecimiento del discurso público, sino que entienden que la polarización, después de esta temeraria maniobra, irá a más y la continuidad de Sánchez servirá para reafirmar en sus posiciones a sus detractores. «El único que gana con esto es Illa», asegura otro dirigente que considera que el movimiento reactivo generado en las bases puede tener un efecto movilizador para el candidato del PSC.

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