Descubren dónde estuvieron nuestros antepasados durante 25.000 misteriosos años

Descubren dónde estuvieron nuestros antepasados durante 25.000 misteriosos años

Hay una laguna de 25.000 años
en nuestra historia como Homo sapiens y, hasta ahora, no sabíamos cómo
llenarla. Los primeros individuos de nuestra especie vivieron hace 300.000
años. No parece mucho cuando lo decimos así. ¿Qué son 300.000 años
comparados con los 4.500 millones que tiene la Tierra?
¿En qué se quedan frente a los 61 millones de años que duró el Jurásico?
Somos un pestañeo en el tiempo,
uno tímido y casi imperceptible, pero sigue habiendo muchas dudas sobre ese instante
casi microscópico que duró 25.000 años nada más salimos de África, hace 70.000
años.

Sabemos mucho sobre nuestra historia como Homo
sapiens , por supuesto, y, de hecho, cada vez sabemos más, pero mentiríamos
si dijéramos que no hay grandes lagunas en nuestra biografía como especie. Por
ejemplo: ¿A dónde fuimos al abandonar áfrica? ¿Dónde estuvimos durante los
25 años siguientes? Aquella población no fue una más, eran los antepasados
comunes
de todos los humanos no africanos de la actualidad: europeos,
asiáticos, americanos y oceánicos. Es más, aquellas comunidades “perdidas”
podrían ser las que más hibridaron con los neandertales antes de que empezaran
a desaparecer. Y ahora, tras todos estos años, tenemos una buena pista de dónde
estábamos.

Genética iraní

El estudio ha sido publicado en Nature Communications
y es el resultado de una colaboración entre expertos de un gran número de
instituciones y universidades. Entre ellos se encuentra la Universidad de
Padua, en colaboración con la Universidad de Bolonia (Departamento de
Patrimonio Cultural), la Universidad Griffith de Brisbane, el Instituto Max
Planck de Jena y la Universidad de Turín. Tras varios años de investigación
y empleando los últimos
métodos
disponibles, parecen haber llegado a una conclusión con fundamento
tanto genético como paleoecológico: esos 25.000 años los pasamos en la meseta
iraní. ¿Pero qué significa esto?

En prime lugar, el argumento genético se basa en la
comparación del material genético de los actuales pobladores de la meseta iraní
con los restos que tenemos de sus antepasados más remotos. La similitud
entre ambos y la comparación con otras poblaciones permite concluir que, los
habitantes modernos y antiguos de la meseta iraní son los que conservan trazas
genéticas más parecidas a los primeros euroasiáticos. A este análisis genético
se suma un gran cuidado para controlar los factores de confusión que podrían
alterar los resultados, por eso han tenido en cuenta las muchas migraciones que
ha habido desde entonces en este lugar del mundo.

Más que un ADN

Estas pruebas son muy valiosas, sin embargo, no tienen la
contundencia suficiente como para cambiar el consenso paleoantropológico por sí
solas. Hace falta algo más y ese algo ha sido el análisis paleoecológico. Tras
estudiar las características ecológicas de esta región hace 75.000 años y analizar
su hidrología, su flora y otros aspectos relevantes para la habitabilidad, los
expertos han concluido que la meseta iraní era adecuada para la ocupación
humana. Es más, esta zona habría sido capaz de albergar poblaciones de sapiens
más grandes que en otras regiones cercanas.

Ahora, la meseta iraní o meseta persa, se encuentra
repartida entre unos cuántos países de oriente medio. Concretamente: Afganistán,
Azerbaiyán, Irán, Pakistán, Turkmenistán. Podríamos decir que, si bien Sudáfrica
fue la cuna de la humanidad como miembros del género Homo, la meseta
iraní ha sido la cuna del 87% de la población actual. Una cuna lejana, separada
por más de 70.000 años durante los cuales no hemos dejado de
expandirnos, ya sea geográfica o tecnológicamente.

Es más, por lo que sabemos de los neandertales, tiene
sentido pensar que en esta meseta hubo un importante intercambio genético entre
las dos especies. Porque es cierto, ya conocíamos en cierto modo las
dinámicas que llevaron a la colonización más amplia de Eurasia y sabemos que ocurrieron
a través de oleadas separadas en el tiempo. Ahora, en cambio, conocemos el
epílogo de esa saga expansionista y, al fin, tenemos pistas sólidas de dónde se
localizaba ese “centro” neurálgico a partir del que empezamos a ramificarnos y conquistar
los continentes.

QUE NO TE LA CUELEN:

Los neandertales no estaban menos evolucionados que
nosotros, ni mucho menos. Sabemos que tenían cultura y tal vez hasta
expresiones artísticas. Que nosotros prevaleciéramos pudo deberse a muchos
otros motivos, algunos más azarosos que causales. Cuando pensamos en la
dinámica de poblaciones de nuestros antepasados debemos tener en cuenta este
tipo de contingencias de algún modo, porque acaban siendo relevantes para
comprender nuestro pasado.

REFERENCIAS (MLA):

Leonardo Vallini, Carlo Zampieri, Mohamed Javad Shoaee,
Eugenio Bortolini, Giulia Marciani, Serena Aneli, Telmo Pievani, Stefano
Benazzi, Alberto Barausse, Massimo Mezzavilla, Michael D. Petraglia, Luca
Pagani, The Persian Plateau served as Hub for Homo sapiens after the main Out
of Africa dispersal, Nature Communications, 2024
[https://www.nature.com/articles/s41467-024-46161-7]Leonardo Vallini, Giulia Marciani, Serena Aneli, Eugenio
Bortolini, Stefano Benazzi, Telmo Pievani, Luca Pagani. Genetics and Material Culture Support Repeated
Expansions into Paleolithic Eurasia from a Population Hub Out of Africa, Genome
Biology and Evolution, Volume 14, Issue 4, April 2022, evac045,
https://doi.org/10.1093/gbe/evac045

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