El azar determinó que la hora de la verdad para la presidenta Dina Boluarte haya sido un 5 de abril, el día en que se cumplen 32 años desde que Alberto Fujimori quebrase el orden constitucional con un autogolpe de Estado. Si aquella medida consolidó el objetivo del ingeniero nikkei de perpetuarse en el poder, en el caso de la abogada apurimeña su primera manifestación ante la Fiscalía sobre el origen de sus relojes de alta gama representa uno de sus esfuerzos por sobrevivir en Palacio. Acaso el más significativo: desde la convulsión social, su investidura no corría tanto peligro.
Dina Boluarte sobre los relojes de lujo: “Fue una equivocación haberlos aceptado, pero ya los devolví”
