Don Juan y la unidad de España

Don Juan y la unidad de España

Ayer se cumplió el 31 aniversario de la muerte de Juan III de Borbón, hijo heredero del Rey Alfonso XIII, padre del Rey Juan Carlos I. En el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial está enterrado Don Juan, bajo este lema en su sarcófago: «Ioannes III, Comes Barcinonae». Recibí la noticia de su muerte en mi despacho del ABC verdadero, durante un almuerzo, mano a mano, con el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, que quiso quedarse para contemplar cómo se hacía ese día el primer periódico de España. Escribí en su célebre tercera página el artículo de despedida del personaje que había hecho frente desde el exilio a la dictadura de Franco durante cerca de cuarenta años. Desde entonces he publicado todos los años, y sin fallar en ninguna ocasión, un artículo en recuerdo de aquel hombre que lo tuvo todo y que por amor a España lo cedió todo. Hasta la pandemia del coronavirus, acudí también a El Escorial todos los años para depositar en su tumba unas flores, acompañado por el padre José Luis del Valle y por Luis Reverter, el hombre que debió ser ministro de Cultura. Felipe González se equivocó al no nombrarle.

Don Juan fue siempre especialmente sagaz y anticipó en sus manifiestos lo que España necesitaba o lo que iba a ocurrir. El 12 de octubre de 1992, enfermo ya de muerte, concedió una entrevista para Diario de Navarra a Javier Errea y Santy Mendive. Afirmó que veía a España «algo desgarrada y con su unidad amenazada». A la vista de la situación actual, con el Gobierno de la nación genuflexo ante el rebenque del secesionismo catalán, habrá que subrayar la perspicacia de Don Juan. Conocía a muchos de los líderes de Cataluña. Sabía muy bien lo que decía y por qué lo decía, pero sus palabras de advertencia no fueron tenidas en cuenta en los centros de decisión de Madrid. Y así nos ha lucido el pelo. En lugar de atajar las excrecencias secesionistas, se ha contemporizado y se han hecho concesiones inadmisibles, cuando la situación exigía una política enérgica y responsable.

De los 72 miembros que formamos el último Consejo Privado de Don Juan III, en fin, sólo quedo yo vivo y me siento en el deber moral de recordar lo que el abuelo del Rey Felipe VI vio con tanta claridad al analizar, hace más de 30 años, la situación de España.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.

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