El ataque a dos argelinos en Burdeos es un caso de islamismo radical

El ataque a dos argelinos en Burdeos es un caso de islamismo radical

Lo que se presentó el pasado miércoles como un simple ataque de cuchillo en Burdeos, incluso como un ajuste de cuentas, tenía unas connotaciones bien distintas que, sin llegar al yihadismo, entiende la Fiscalía, tienen motivaciones de islamismo radical. El ataque, protagonizado por un afgano, que fue abatido por la Policía, dejó un muerto y otra persona gravemente herida. Su “culpa”: Que estaban bebiendo alcohol, siendo de nacionalidad argelina y, por lo tanto, supuestamente musulmanes.

El atacante ha sido identificado como un solicitante de asilo afgano de 25 años. El fiscal de Burdeos, Frédérique Porterie, informó de que el atacante había reprendido primero a las dos víctimas por el alcohol que consumían, reprochándoles que bebieran “mientras era el Eid” (final del Ramadán). Las dos víctimas de nacionalidad argelina, de 28 y 37 años, proceden de la misma localidad. Los dos hombres bebían alcohol en el césped, en los muelles, cerca del Miroir-d’eau. Alrededor de las 19.30 horas, el sospechoso les habló y les reprochó su consumo de alcohol. Los dos amigos respondieron que “no era asunto suyo”. El tono subió y el atacante, vestido con una chilaba, golpeó a los dos hombres y luego huyó. Los dos amigos se levantaron y le “tiraron latas”. El agresor regresó hacia ellos y luego los apuñaló.

Rachid Bouach, de 37 años, fue asesinado por nueve puñaladas, dijo el fiscal. La víctima se encontraba en situación irregular en Francia y vendía cigarrillos en la calle, informa Sud Ouest. Rachid se había instalado en la ciudad desde hacía “tres o cuatro años”, tras cruzar el Mediterráneo con contrabandistas. La segunda víctima, Saleh Kharat, resultó gravemente herido y fue trasladado al hospital donde pudo ser interrogado por los investigadores con la ayuda de un intérprete.

El atacante huyó pero un testigo llamó a la policía y lo siguió. Un equipo del CDI, que regresaba de “una misión de seguridad”, estaba cerca y se acercó para interceptar al sospechoso. En los minutos siguientes, el hombre fue localizado. Se enfrentó a los agentes y se negó a soltar su cuchillo. “De repente cambió de dirección, brazo adelantado, cuchillo en mano”. Uno de los policías, equipado con un fusil de asalto tipo HK G36, abrió fuego para neutralizar al atacante que avanzaba hacia él, hiriéndolo de muerte. La policía prestó primeros auxilios al sospechoso, que murió en el lugar a las 20:10 horas, a pesar de la rápida llegada de los servicios de emergencia.

El fiscal apunta a la teoría de la legítima defensa teniendo en cuenta los primeros elementos y, en particular, las audiencias de los primeros testigos. Sin embargo, la investigación confiada a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) continúa.

Interrogado por la policía, la víctima hospitalizada, que sufrió tres puñaladas, declaró que no conocía a su agresor. Además, el afgano también había tenido, poco antes del ataque, un altercado con otras dos personas que estaban bebiendo rosado, por los mismos motivos, antes de continuar su camino. La Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT) sigue de cerca el asunto por las connotaciones que presenta.

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