El Banco Central Europeo ha decidido este jueves mantener los tipos de interés en el 4,5%, a pesar de la debilidad económica de la zona euro. Ésta es la quinta vez que la institución monetaria decide dejar el precio del dinero sin ningún cambio, después de un periodo de diez alzas consecutivas para luchar contra la inflación. Una cruzada que comienza a dar buenos resultados.
En sus últimas comparecencias, la presidenta de la entidad Christine Lagarde, había constatado los buenos resultados de esta política agresiva, pero también había dejado claro que aún era demasiado pronto para cantar victoria. Se espera que en su rueda de prensa de este jueves de algunos datos sobre cuándo puede comenzar la entidad monetaria a recortar el precio del dinero. Hasta ahora, Lagarde ha mantenido que el primer recorte de los tipos de interés será previsiblemente en el mes de junio, a pesar de la impaciencia de los mercados financieros que creen que la entidad monetario debe actuar antes. También se espera que pueda dar pistas sobre si tras el primer recorte del precio del dinero, podrá haber más rebaja consecutivas en los meses venideros.
Los últimos datos suponen una importante presión para la entidad monetaria. La inflación de la zona euro se situó en el mes de marzo en el 2,4% interanual, dos décimas por debajo de la subida del 2,6% de los precios en febrero, lo que acerca los números al objetivo del BCE del 2%.
En sus últimas previsiones económicas desveladas en el mes de marzo, el BCE rebaja su perspectiva de inflación media para la eurozona al 2,3% en 2024 y al 2% en 2025, en tanto que la mantiene en el 1,9% para 2026. Al excluir del cálculo el impacto de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa subyacente la han moderado también, hasta el 3,1% -la menor desde marzo de 2022-, al 2,6% este año, el 2,1% en 2025 y una décima menos en 2026, hasta el 2%. En cuanto al crecimiento de la economía, el supervisor es menos optimista y apunta a un impulso del PIB del 0,6 este año, 1,5% el que viene y 1,6% en 2026.
