Por motivos que quizás entronquen con el alma de un club tan orgulloso como el Manchester United, el cuadro de Old Trafford le amarga la temporada al Liverpool, que por otra parte se trata de su archirrival. El clásico inglés acabó con un empate (2-2) frustrante para el cuadro que dirige Jürgen Klopp, que ya se había quedado descabalgado en su visita a la vieja fábrica del United en su último duelo copero. La paridad, rescatada además por un penalti postrero embocado por Salah, le cuesta el liderato de la Premier al Liverpool.