El padre de Laura Ponte desvela el secreto 20 años después: “Tuve un ictus en la boda de mi hija con Beltrán Gómez-Acebo”

El padre de Laura Ponte desvela el secreto 20 años después: “Tuve un ictus en la boda de mi hija con Beltrán Gómez-Acebo”

El padre de Laura Ponte, José Manuel Ponte, periodista
gallego de marcada tradición republicana, ha publicado un libro de memorias que
va a generar un gran revuelo. En ‘Intrigas provincianas y otros
entretenimientos’ (Dial Pigmalión) desvela, entre otras experiencias, los
entresijos de lo sucedido en la boda de su hija con Beltrán Gómez-Acebo en
septiembre de 2004. Un imprevisto incómodo que le convirtió en protagonista sin
querer del enlace que unía a una familia poco monárquica con la Familia Real
española. Un secreto guardado durante veinte años y que ahora ve la luz en las
páginas de su autobiografía y también a través de una entrevista concedida a ‘El
Mundo’, donde confiesa el motivo por el que tuvo que abandonar la boda de su
hija para acudir de urgencias al hospital. Una unión, por cierto, que no le
agradaba demasiado: “Al principio contemplé horrorizado la relación de mi hija
con Beltrán, porque somos de familia republicana, luego me pareció un hombre
excelente”.

El padre de la modelo gallega más internacional de todos los
tiempos, a sus 82 años, tiene un gran sentido del humor. Esto se desprende en
la forma en la que narra episodios que podrían considerarse traumáticos y cuyo
recuerdo no serán nada agradables. Así sucede, por ejemplo, con el día que
sufrió un ictus en la boda que unía en matrimonio a su hija con el vástago de
la infanta Pilar de Borbón, hermana del Rey Juan Carlos I, que aún ocupaba el
trono: “Me empecé a encontrar mal y sabía que me estaba dando un ictus, porque
soy hipertenso, mi padre hipertenso, mi tío es hipertenso…”, desliza José
Manuel Ponte al citado medio cómo acaparó todas las miradas y copó cientos de
titulares que desviaron la atención de los contrayentes.

“Sentí que me moría. Marichalar me miró de arriba abajo y mi
consuegro –el Rey Juan Carlos- me preguntó si estaba bien, yo le dije que me
había torcido un tobillo” , recuerda entre risas. El padre del actual Rey Felipe se preocupó por su estado y no dudó en ofrecerle “su UVI móvil militar”, algo
que él rechazó de pleno alegando que “prefería la Seguridad Social”. No quiso
ceder y perderse la boda de su hija, por lo que aguantó los síntomas del ictus
durante la ceremonia y también a lo largo del banquete, pudiendo agravar aún
más su accidente cerebrovascular. Y es que, aunque se declare orgulloso como
republicano, tiene un marcado sentido de la responsabilidad: “Por lo visto, por
protocolo no puede estar vacío el sitio al lado de la Reina, así que me quedé”.

“En un momento no podía más. Tuve que estirar las piernas y
le di a la baronesa Thyssen. Le dije ‘¿No creerá que me estoy insinuando?” ,
continúa relatando su drama médico con gran sentido del humor. Carmen Cervera
no se lo tomó a mal y le recomendó ir a urgencias lo antes posible, así que
finalmente cedió, aunque aún recuerda lo que se perdió por acudir al hospital: “Con
lo que costaba aquella boda, no pude ni beber un Felipe II, que es un coñac
fantástico”. Por supuesto, todos los medios se hicieron eco del ingreso
hospitalario del padre de la novia, pero el motivo ha permanecido durante dos
décadas guardado como si de un secreto de Estado se tratase: “Al llegar a
urgencias, la gente del centro de Segovia me gritaba desde los bares: ‘¡Viva la
República!’. Estuve ingresado tres días y nadie se enteró por qué era”. Hasta
ahora.

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