El Seprona acorrala al ‘Amigo de los Loros’ por 55 denuncias y busca más estafados

El Seprona acorrala al ‘Amigo de los Loros’ por 55 denuncias y busca más estafados

A. V. tiene tatuajes de loros por todo el cuerpo, también en la moto y en el papel pintado. En su casa hasta la tela del sofá es especial para que estos animales puedan vivir a sus anchas. Es el Amigo de los Loros, protagonista junto a sus aves psitácidas de coloridos vídeos de YouTube en los que encontrar consejos para la cría y el cuidado de papagayos, cotorras, guacamayos, ninfas y otros parientes de esta enorme y exótica familia que ronda las 400 especies. En una entrevista en la Televisión de Galicia, hace dos años, A. V. contaba abiertamente que en su casa de Ourense convivía con “100 parejas”, es decir, 200 animales. Eso sin contar “las crías”, porque si las sumaba llegaba a “trescientos y pico”. En el plató del programa Quen anda aí?, el criador aparecía con Apolo en el brazo, una cacatúa tritón, blanca, de ojos azules y preciosa cresta amarilla, según él entrenada para trabajar con niños “en centros de Down y autismo”. Explicaba que sus ejemplares se vendían, dependiendo de la especie, entre 350 y 20.000 euros, y que era él quien elegía a los compradores, porque no todo el mundo estaba “capacitado” para tener un hermoso y longevo papagayo. “Un loro puede llegar a morir de pena”, recalcaba en el Faro de Vigo en 2019.

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“Soy una cabeza de turco”

“Mi único fallo, y eso lo reconozco, fue utilizar los análisis negativos de chlamydia de los padres” para garantizar la salud de las crías dice el investigado a EL PAÍS. “Y esto por querer hacerlo bien”, se queja A. V., “porque es inútil hacer la prueba a un loro de bebé, porque puede dar falso negativo o falso positivo”. El criador lamenta que hayan involucrado en la causa a su pareja, porque hay diversas documentaciones “a su nombre”, y a su hermana, “que es veterinaria”. Y considera que la Guardia Civil lo utiliza “como cabeza de turco” porque “lo que quiere es llegar al hombre que de verdad le interesa, la persona que me vendía la mayoría de los bebés desde Portugal y que, ese sí, tenía cosas… y está desaparecido”.
La Operación Arensivia se desarrolla en colaboración con miembros de la UDEV de la Policía Nacional en Madrid. Según los agentes, “dentro de su modus operandi el detenido [ahora en libertad condicional] le cobró a varios perjudicados dinero de manera anticipada 2.000 euros, sin llegar a mandar nunca el ave”. Los últimos afectados por esta práctica, dice el Seprona, son vecinos de pueblos de su misma provincia. Pero los que sí llegaron, algunos enfermos y “en pésimas condiciones sanitarias”, son guacamayos “sin papeles” sin procedencia justificada y “desconocido lugar de origen”. Las anillas de las patas “las ponía él mismo en su casa”, cuenta un investigador. ”Para el caso eran lo mismo que una placa de matrícula falsa”.

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