El Valencia Basket reafirmó su supremacía en el baloncesto español y, diez meses después de ganar la Liga, completó la colección de títulos nacionales con el único que le faltaba -tiene dos Supercopas-, la Copa de la Reina. Un trofeo que logró después de aplastar (77-53) a un gran rival, el Casademont Zaragoza, que sufrió mucho con la defensa de las valencianas y con un horario infernal que le obligó a disputar tres partidos en solo 40 horas. Una programación demencial que perjudicó el espectáculo.