Elegir

Elegir

Elle McPherson cumplió ayer 60 años y, lo único que tengo que decir es que, el día que yo me encuentre a mi genética por la calle, le monto un escándalo. Es verdad que servidora es una mezcla entre oveja manchega y extremeña y ahí queda la genética muy expuesta y vendida, sirva esto para echarle un cable a la mía. Pero ha cumplido 60 palos una de aquellas súper modelos de los 90 y lo hace espléndida, sin aparentar el paso de todas esas décadas por sus caderas, provocándonos ese sentimiento tan pueril y mezquino pero a la vez tan sanador que se llama asco. Asco profundo. Con la de ganas que yo he tenido siempre de que me quisieran por mi cuerpo y no ha habido manera de que dejaran de valorarme, sobre todo (ejem) por mi mente.

Esto de cumplir años y, al contrario que a la australiana, se te noten en el cuerpo hasta los minutos, es una circunstancia a la que, sin remedio, hay que acostumbrarse. La edad adulta, ese caminito progresivo y veloz hacia la vejez, se caracteriza fundamentalmente por algo que aparece de golpe. Un día te levantas y ya no puedes elegir. Ya no puedes elegir qué comer, porque tu dieta acaba de estrecharse, al mismo tiempo que tú ensanchas. Ya no escoges la talla en la que entras y nunca vas a poder hacerlo más en la que deseas. El muestrario de zapatos se achica, pero tienes el pie más ancho. Se acabó lo de llevar gafas por coquetería: no te queda más remedio. Ya no puedes salir hasta que decidas o donde decidas porque hay lugares donde no pegas. El largo de la falda, el escote, la tela de un vestido. La libido, el deseo. Ya vienen si vienen y con suerte. Ni siquiera en cómo llevas el pelo.

Puedes escoger entre pastilleros, claro. Entre pijamas calentitos. Pero también puedes elegir si lo que queda de trayecto lo vas a hacer sólo, sola, o con los mejores. Ahí radica la verdadera elección final. Y guardar este tesoro hasta el final, conservarlo, cuidarlo, lleva mucho trabajo.

No se jubilen de eso antes de tiempo, que acariciar una mano hasta ese último viaje nos hace siempre un poco más jóvenes.

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