Estos son los aditivos alimentarios asociados con el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2

Estos son los aditivos alimentarios asociados con el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2

En Europa, entre el 30 y el
60% de la ingesta energética de la dieta de los adultos proviene
de alimentos ultraprocesados
. Un número cada vez mayor de estudios
epidemiológicos sugieren
un vínculo
entre mayores niveles de consumo de alimentos ultraprocesados y
mayores riesgos de diabetes y otros trastornos metabólicos.

Entre estos aditivos, los emulsionantes se
encuentran entre los más utilizados. Se suelen añadir a alimentos elaborados y
envasados, como determinadas tartas, galletas y postres industriales, así como
a yogures, helados, tabletas de chocolate, panes industriales, margarinas y
comidas listas para consumir o para calentar, con el fin de para mejorar su
apariencia, sabor y textura y alargar su vida útil. Estos emulsionantes
incluyen, por ejemplo, mono y diglicéridos de ácidos grasos, carragenanos,
almidones modificados, lecitinas, fosfatos, celulosas, gomas y pectinas.

Como ocurre con todos los aditivos alimentarios,
la seguridad de los emulsionantes había sido evaluada previamente por agencias
de seguridad y salud alimentaria, basándose en la evidencia científica
disponible en el momento de su evaluación. Sin embargo, algunos estudios
recientes sugieren que los emulsionantes pueden alterar la microbiota
intestinal y aumentar el riesgo de inflamación y alteración metabólica, lo que
podría provocar resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes.

Por primera vez a nivel mundial, un equipo de
investigadores ha estudiado las relaciones entre la ingesta dietética de
emulsionantes y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Los resultados, publicados en The
Lancet Diabetes
, se basan en el análisis de datos de más de 100.000 adultos
con una edad media de 43 años, que fueron seguidos durante al menos 14 años,
entre 2009 y 2023.

Los participantes completaron registros
dietéticos, recogiendo información detallada de todos los alimentos y bebidas
consumidas y sus marcas comerciales (en el caso de productos industriales).
Estos registros dietéticos se repitieron cada seis meses durante 14 años y se
compararon con bases de datos para identificar la presencia y cantidad de
aditivos alimentarios (incluidos emulsionantes) en los productos consumidos.
Esto permitió medir la exposición crónica a estos emulsionantes a lo largo del
tiempo.

Durante el seguimiento, los participantes
informaron sobre el desarrollo de diabetes (1056 casos diagnosticados) y los
informes se validaron mediante una estrategia de múltiples fuentes. Se
consideraron varios factores de riesgo bien conocidos de diabetes, como la
edad, el sexo, el peso, el nivel educativo, los antecedentes familiares, el
tabaquismo, el alcohol y los niveles de actividad física, así como la calidad
nutricional general de la dieta.

Después del seguimiento, los autores observaron
que la exposición crónica a los siguientes emulsionantes se asociaba con un
mayor riesgo de diabetes tipo 2: carragenanos, fosfato tripotásico, ésteres de
ácido mono y diacetiltartárico, citrato de sodio, gomas guar, xantana y arábiga.

Ahora bien, los autores, liderados por Mathilde
Touvier, mencionaron varias limitaciones de su estudio, como el predominio de
mujeres en la muestra (un 74%), un nivel de educación más alto que la población
general y más conductas que promueven la salud entre los participantes del
estudio. Por tanto, es necesario tener precaución al extrapolar las
conclusiones a toda la población.

Sin embargo, el estudio se basa en una muestra
de gran tamaño y los investigadores han tenido en cuenta una gran cantidad de
factores que podrían haber dado lugar a sesgos de confusión. También utilizaron
datos únicos y detallados sobre la exposición a aditivos alimentarios, hasta la
marca comercial de los productos industriales consumidos. Además, los
resultados siguen siendo consistentes a través de varios análisis de
sensibilidad, lo que refuerza su confiabilidad.

“Por el momento, estos hallazgos proceden de un
único estudio observacional y no pueden utilizarse por sí solos para establecer
una relación causal. Es necesario replicarlos en otros estudios epidemiológicos
en todo el mundo. Sin embargo, nuestros resultados representan elementos clave
para enriquecer el debate sobre la reevaluación de la regulación”, concluyen
los autores.

Entre los próximos pasos, el equipo de Touvier observará las
variaciones en ciertos marcadores sanguíneos y la microbiota intestinal
relacionados con el consumo de estos aditivos, para comprender mejor los
mecanismos subyacentes. Los investigadores también analizarán el impacto en la
salud de las mezclas de aditivos y sus posibles “efectos cóctel”.

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