A saber cuánta gente hay trabajando, pero son centenares. Desde el Puerto Olímpico hasta el rompeolas, pasando por la Barceloneta, el muelle de Pescadores, el de Drassanes, el Maremagnum, el tramo final de la Rambla o las plazas al final de Via Laietana. Grupos de decenas de operarios ultiman obras de mejora en calles, plazas, carriles bici o miradores de la fachada marítima a cuatro meses de la celebración de la Copa del América en Barcelona. Algunas deben terminar en julio, otras en agosto. Unas son del Puerto de Barcelona (120 millones de inversión en total), otras del Ayuntamiento, y alguna privada, como la del Club Natació Barcelona. Comparten que llegan justas, de ahí el frenesí. Recuerda a los años de elecciones municipales en primavera, aunque esta vez es para recibir con la mejor cara a los visitantes de la regata más famosa del mundo. Las que siguen son las principales obras en marcha en un litoral, cuyas playas han vuelto a perder arena, lo que trae de cabeza al consistorio y a los chiringuitos, porque pone en riesgo su actividad.
Frenesí de obras en el litoral de Barcelona a cuatro meses de las regatas de la Copa del América
