Hasta los presos quieren ver el eclipse de Sol

Hasta los presos quieren ver el eclipse de Sol

Un baptista, un musulmán, un adventista del séptimo día, dos santeros y un ateo presos en la cárcel de Woodbourne (Nueva York) interpusieron hace unos días una demanda contra la prisión por su decisión de no dejarles en el exterior durante el eclipse total de Sol del lunes. Todos, incluido el ateo, alegaron que lo consideraban un acontecimiento religioso y que violaba sus derechos impedirles verlo. Finalmente, han llegado a un acuerdo con los responsables penitenciarios y podrán ver este lunes cómo la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra. La sombra del satélite recorrerá Norteamérica de sur a norte y de este a oeste, atravesando México, Estados Unidos y Canadá en su camino. Junto a los presos de Woodbourne, millones de ciudadanos mirarán al cielo. La fiebre del eclipse está desatada.

Seguir leyendo

Una rana que se traga el Sol

Los relatos culturales sobre el eclipse solar en las culturas indígenas americanas varían mucho, según Erin Fehr, subdirectora y archivera del Centro Nacional de Investigación Sequoyah de la Universidad de Arkansas en Little Rock. Fehr explicó este fin de semana esa interacción entre mitología y ciencia en las culturas ancestrales americanas en un acto en el Museo de Bellas Artes de Arkansas. “Los navajos consideran el eclipse solar un momento sagrado, de silencio y meditación. Se quedan en casa y no comen, beben ni duermen. Reflexionan sobre sus vidas. Cuando termina el eclipse, se considera un momento de renacimiento y renovación. Algunos consideran el eclipse solar como un año nuevo y hacen propósitos. Aunque es un momento sagrado y no se debe mirar al Sol, algunos lo hacen. Depende de cada familia”, explica en un mensaje enviado a EL PAÍS con parte del contenido de su intervención.

Los cheroquis, por su parte, tienen una historia que habla de una rana gigante que se traga el Sol. “Cuando la rana se traga el Sol, todo se vuelve oscuro. Los cheroquis tienen que ingeniárselas para conseguir que la rana escupa el Sol. Los hombres cogen rifles y pistolas, disparan al aire y tocan tambores. Las mujeres cogen agitadores de conchas y golpean ollas y sartenes. Hacen mucho ruido para asustar a la rana y que escupa el Sol. Ese es el final del eclipse, y termina con una celebración del regreso del Sol”, explica.

“Creo que es interesante aprender cómo ven las distintas culturas un acontecimiento determinado”, afirma Fehr. “Un eclipse total de Sol es un fenómeno que puede verse una vez en la vida. Es una gran oportunidad”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *