Illa ni confirma ni descarta un pacto de gobierno con Junts

Illa ni confirma ni descarta un pacto de gobierno con Junts

El candidato del PSC a las elecciones al Parlament, Salvador Illa, evitó esta noche aclarar si pactará con Junts tras las elecciones de este domingo, mientras que el presidente de la Generalitat y cabeza de lista de ERC, Pere Aragonès, y el número tres de Junts+ por Barcelona, Josep Rull, se echaron en cara falta de unidad independentista. «Dejemos que hablen los catalanes, y luego ya hablaremos entre todos», sostuvo Illa en el debate de candidatos organizado por laSexta y presentado por Ana Pastor al preguntársele si descarta pactar con Junts+.

El socialista apuntó que en esta legislatura ha habido una mayoría independentista «que no ha funcionado», mostró su intención de dar un paso al frente para presentarse al debate de investidura e instó a los independentistas a concretar si bloquearán o permitirán que pueda abrir una nueva etapa.

Aragonès tampoco concretó si apoyará a Illa si el socialistas necesita los votos de Esquerra para ser presidente, esgrimiendo que la cuestión debe centrarse en la necesidad de acordar un referéndum con el Estado, abordar una financiación singular y reforzar el estado del bienestar y la lengua catalana.

El debate estuvo centrado en si Salvador Illa logrará la Generalitat, el modelo de financiación y cómo cree cada uno de los ocho candidatos que se deben atajar problemas estructurales como el deterioro que sufren los servicios públicos de la comunidad y la fuerte sequía.

Alrededor de una mesa estuvieron los seis aspirantes del PSC, ERC, PP, Comunes-Sumar, Ciudadanos y Vox, así como dos representantes de Junts y la CUP. El exconseller Josep Rull, ante la incapacidad del candidato Carles Puigdemont para acudir a la cita como prófugo de la Justicia en el marco del «procés», y la que acompaña como número dos de la candidatura de los anticapitalistas catalanes que encabeza Laia Estrada, Laure Vega.

El candidato del PSC, Salvador Illa, se presentó como el president que «unirá y servirá» a los catalanes en una «nueva etapa» sin mayoría independentista en el Parlament, a la que acusó de «bloquear» durante los últimos diez años y de haber «colapsado». La línea roja en los pactos postelectorales son para el socialista Vox y Aliança Catalana, mientras que insistió en que tenderá la mano «por el bien de Cataluña», aunque apeló al voto directo porque el mejor escenario es tener las «menos dependencias» del resto. Reiteró, en este sentido, que el Gobierno «se decidirá en Cataluña».

El exministro aseguro que las políticas públicas en sanidad, educación y vivienda de los últimos cuatro presidentes «no han funcionado» y prometió para sus fondos «conseguir la mejor financiación posible» en los próximos cuatro años de legislatura. También emprender una desburocratización del trabajo diario de los docentes, más plazas para la formación profesional, avanzar en la gratuidad de 0 a 3 años, y dedicar el 7% de los presupuestos a Sanidad para que el tiempo de espera en atención primaria pase a ser de 48 horas. Reiteró que el Gobierno «se decidirá en Cataluña».

El número tres de Junts en la candidatura de Puigdemont, Josep Rull, fijo el objetivo en la independencia de Cataluña, pero, matizó, las condiciones no son las mismas que en el 1-O de 2017. Llamó así a «aprender de lo que ha pasado» y a «reconstruir la unidad» con el resto de fuerzas independentistas para poder gobernar. El que fuera conseller de Territorio plantó estas autonómicas como el dilema entre «socialismo o Puigdemont» en el que se decidirá si Cataluña tiene una posición «subsidaria o de liderazgo» en relación al Gobierno de Pedro Sánchez. Consideró «intolerable» que se decida quién será president en Madrid, entre críticas a PSC, PP y Comunes por, según Rull, haberlo hecho con la alcaldía de Barcelona.

El candidato de ERC a la relección como president, Pere Aragonès, comenzó pidiendo «cuatela» con las encuestas y sacó pecho de que durante su gobierno se consiguió la amnistía y los indultos para los dirigentes del «procés». Señaló también la celebración de un reférendum de autodeterminación, el refuerzo del catalán, lograr la gestión de los impuestos y profundizar en los servicios públicos como las principales agendas de su propuesta para estos comicios. En reacción a las palabras del dirigente de Junts, el republicano se mostró «sorprendido» por la llamada a la unión del bloque secesionista, «cuando no la ha habido» en los últimos cuatro años.

Sacando pecho de su gestión, revindicó que se han creado 9.000 plazas más de docentes y acabado con los recortes en las prestaciones sociales. Criticó que el resto de fuerzas no apoyasen su proyecto de Presupuestos que provocaron la anticipación electoral porque, defendió, «sin ellos no hay ninguna propuesta social».

El candidato del PP a la Generalitat de Cataluña, Alejandro Fernández, señaló a Illa por haber jurado que «nunca apoyaría al independentismo» y en la Cámara regional «les ha apoyado todas las iniciativas» a ERC. Frente a ello, colocó su voto como el único que servirá para «acabar con el procés y llevar a la oposición al separatismo». El popular recomendó a Illa «humildad», le acusó de que a nivel de acuerdos de gobierno «hará lo que le ordene» el presidente del Gobierno y le cuestionó: «¿Tendrá usted el coraje para enfrentarse a Pedro Sánchez?».

Por su parte, la candidata de Comunes-Sumar a la presidencia catalana, Jéssica Albiach, afirmó que solo apoyaran un Govern «progresista» en el que no esté Junts, a los que juzgó de «herederos» de CiU, «los campeones en recortes» de los servicios públicos. La líder de los de Colau en el Parlament fijó como prioridades el acceso a la vivienda, la inversión en educación y sanidad, y medidas para la transición ecológica. Su discurso estuvo, además, marcado en todo momento por el rechazo a la construcción del cansino de Hard Rock y la ampliación del aeropuerto, como ejemplos de por lo que apuestan Junts y PSC en vez de crear desaladoras para paliar los problemas con la falta de agua. También arremetió contra los republicanos por su responsabilidad en el estado de la educación, tras «seis años al frente», y donde señaló como carencias «la falta de plazas de la formación profesional y la climatización de las aulas».

El candidato de Vox, Ignacio Garriga, colocó a Illa como «un separatista más» por no haber apoyo el 25% de castellano en la educación y apeló a la ciudadanía a «no dejarse engañar» por quién que apoyó los indultos, el PSC. Seguidamente, llamó a confiar en ellos como alternativa para conseguir «menos impuestos» y más «seguridad y prosperidad». El dirigente de los de Abascal apuntó al trasvase del Ebro y a cambiar el sistema de tuberías para paliar la grave sequía la región catalana.

La dirigente de la CUP, Laure Vega, hizo bandera de las políticas de educación y sanidad como las «necesarias para el futuro sanidad y educación» para que no haya una «república sin ciudadanos». Marcó el derecho a la vivienda como central y rechazó una declaración unilateral de independencia porque, aludió, «tiene que decidir el pueblo». Acusó a los socialistas catalanes de ser la «filial más de derecha» del PSOE a y Junts de estar al lado de medidas que perpetúan «trabajos precarios y turismo que vacía calles sin limitación».

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