Los analistas ya lo alertaban: prolongar las ganancias de manera indefinida era imposible. Después de un primer trimestre en el que las Bolsas lograron sobreponerse al reajuste de las expectativas de tipos y siguieron la tendencia alcista que imperaba desde noviembre, en abril la corrección ha empezado a tomar forma. Una tendencia que se ha ampliado con el aumento de las tensiones entre Irán e Israel y el incremento de las rentabilidades de la deuda ante la posibilidad creciente de que la Reserva Federal no baje tipos este año.