Investigadores británicos identifican nuevo objetivo para el tratamiento del Alzheimer

Investigadores británicos identifican nuevo objetivo para el tratamiento del Alzheimer

Un grupo de investigadores de la Universidad de Leeds y la Universidad de Lancaster en el Reino Unido ha hecho un descubrimiento prometedor en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer. Han identificado un nuevo objetivo potencial para el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa: la enzima PDE4B. Este hallazgo, publicado en la revista Neuropsychopharmacology, podría representar un avance significativo en la búsqueda de terapias efectivas contra el Alzheimer.

La PDE4B es una enzima que se encuentra dentro de las células y descompone una molécula llamada AMP cíclico, la cual regula una variedad de procesos celulares. Los científicos, partiendo de un estudio previo que identificó este gen como un factor de riesgo para desarrollar Alzheimer, investigaron si reducir la actividad de esta enzima podría ofrecer protección contra la enfermedad y, en consecuencia, perfeccionar un tratamiento.

Los ratones con Alzheimer mostraban una mayor inflamación en el cerebro

Para probar esta teoría, los investigadores introdujeron un gen que reducía la actividad de la enzima PDE4B en ratones con Alzheimer. Descubrieron que los ratones con la PDE4B genéticamente reducida tenían una memoria menos afectada y niveles de glucosa cerebral más saludables en comparación con los demás.

Al explorar los mecanismos implicados en este proceso, los científicos observaron que los ratones con Alzheimer mostraban una mayor inflamación en el cerebro, pero esta inflamación era menor en los ratones con la PDE4B genéticamente reducida. Estos hallazgos sugieren la posibilidad de desarrollar nuevos fármacos que traten los síntomas neurodegenerativos asociados con el Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Sus síntomas suelen desarrollarse lentamente y empeorar con el tiempo, interfiriendo eventualmente con las actividades diarias. En España, esta enfermedad afecta aproximadamente a 800.000 personas, siendo la forma más común de demencia entre las personas mayores. Su incidencia ha ido en aumento en las últimas décadas, representando un desafío significativo para el sistema de salud y los servicios de atención a largo plazo del país.

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