“Si vamos a los peores escenarios del cambio climático, a final de siglo la geografía del vino va a ser la menor de nuestras preocupaciones”, incide Cornelis van Leeuwen, investigador de la Universidad de Burdeos, en Francia, y autor principal de una gran revisión publicada esta semana en Nature que dibuja el futuro mapa vinícola de un mundo más caliente. Como reconoce, el aumento de las temperaturas afecta también a otros cultivos agrícolas mucho más importantes para la humanidad porque de ellos depende la alimentación de las personas. Sin embargo, este profesor de viticultura considera que el análisis del impacto climático en un producto que genera tanto interés e incluso pasiones como el vino ayuda a entender algunas de las claves de aquello a lo que nos enfrentamos.