La melancolía anticipada por la salida de Jürgen Klopp terminó por desgastar el carácter combativo del Liverpool. El equipo lo pagó a falta de cuatro jornadas para el desenlace de la Premier más disputada que se recuerda. El Everton aprovechó el desconcierto en una falta lateral y un córner en el último derbi de Klopp en Goodison Park. Ante la parálisis de la defensa se impuso Calvert-Lewin. Con los dos goles de su nueve bajo el brazo, el equipo más sufrido de la ciudad se escondió en su castillo para protegerse de la amenaza del descenso.