«La gente no se da cuenta de que el perro guía lleva una vida»

«La gente no se da cuenta de que el perro guía lleva una vida»

El campeón paralímpico de lanzamiento de peso y de lanzamiento de disco, David Casinos, perdió la visión a los 23 años tras sufrir una retinopatía diabética. Con motivo del Día Internacional del Perro Guía, que se celebró el pasado miércoles, Casinos explica que cuando perdió la visión cayó en una depresión «muy profunda». «Solo quería ser aquel chaval que tenía la posibilidad de ver mi cara en un espejo, de reconocer a mis seres queridos, de salir a la calle, de montar en bicicleta, de conducir mi coche, de llevar a mi perro, como hace cualquier persona en el mundo, y disfrutar de lo que es la luz del sol. Y yo no podía», indica.

En un momento dado se dio cuenta de que el deporte le permitía sentirse vivo, aumentaba su «autoestima» y le proporcionaba «motivación». Así que decidió solicitar un perro guía y superó las pruebas para ello. «Tenemos que ser aptos porque vamos a enfrentarnos a un mundo hostil y él va a guiarnos. Es un compromiso con un animal para darle órdenes, que las cumpla, pero nosotros en todo momento debemos ser conscientes de lo que estamos haciendo», asevera. En este momento, su perro guía es su «familia». En una entrevista con Ep ha pedido «más concienciación» a la gente hacia estos animales, porque «no se dan cuenta de que están llevando una vida».

Casinos añade que entre el perro guía y la persona «hay un entendimiento», y destaca que el animal ha pasado por una familia educadora, por un educador canino y por un instructor. «Mi perro es mi amigo, es mi familia. Es algo que quieres por encima de muchas cosas. Cuando tú sientes miedo, él te lo quita y dispersa. Y mucho más que todo eso», sostiene.

La Fundación ONCE del Perro Guía ha elaborado este año una serie de recomendaciones para la ciudadanía, entre las que se encuentra no dar de comer al animal mientras está guiando o no distraerlo si lleva puesto el arnés. En esta línea, Casinos explica que en un paso de peatones han llegado a tocar a su perro y a darle un caramelo. «No se dan cuenta de que tú vas con sus ojos sin la capacidad de ver», subraya. Asimismo, recuerda que es un animal, que tiene sus instintos, que va a querer coger la comida y, como consecuencia, se puede distraer. Igualmente, indica que su perro guía lleva el cartel «no me distraigas, estoy guiando» y se lamenta de que «la gente que tiene la capacidad de ver, no lo ve ni lo lee, pasa de todo».

Por su parte, la directora de la Fundación ONCE del Perro Guía, María Jesús Varela, explica que el proceso de preparación de cualquier perro guía es muy largo, y que lleva «cerca de dos años». Cada año se entregan en torno a 130 de estos animales y, en la actualidad, hay en España alrededor de 950 que acompañan a personas ciegas.

Varela explica que el proceso de preparación de un perro guía comienza antes incluso del nacimiento del propio animal. «Contamos con una cabaña de perros reproductores, machos y hembras, que están seleccionados con características tanto de salud como temperamentales, que de alguna manera nos den como resultado perros adecuados para ser guía», apunta.

También indica que las hembras acuden a las instalaciones de la Fundación una semana antes del parto y que los cachorros se pasan dos meses con ellas. A partir de ahí, cada cachorro va a una familia educadora, que es la que durante un año los va a socializar. «La socialización va dirigida a que ese perro vaya acostumbrándose a cualquier tipo de entorno, a la relación con otras personas, con otros perros, con otro tipo de animales de compañía, y que vaya aprendiendo a ser un perro realmente educado», añade.

Respecto a las familias, agrega que son voluntarias, y supervisadas por profesionales «para que sepan cómo debe ir evolucionando el perro en su comportamiento». A los 14 meses, los perros regresan a la fundación y salen cada día a entrenar con los profesionales de adiestramiento, que son entrenadores e instructores, según el nivel que lleven en su adiestramiento.

Por su parte, los instructores son los encargados de pensar en los emparejamientos de estos animales, siguiendo las características del perro, tamaño, velocidad a la hora de caminar, su carácter, sus sensibilidades y si hay algún tipo de entorno que lo puede poner un poco más tenso. «Buscamos una persona adecuada tanto a nivel físico como de tipo de vida o de lugar de residencia a las características de ese perro para asegurarnos de que el emparejamiento es el adecuado», subraya.

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