La idílica e impresionante ermita de película donde el misterio y la naturaleza se aúnan

La idílica e impresionante ermita de película donde el misterio y la naturaleza se aúnan

Si existe un lugar emblemático que uno no se puede perder cuando llega a Soria, ese sin duda es San Saturio. Por todo lo que muestra y le rodea. Enclavada en un paisaje sin igual, a orillas del río Duero, en un paseo idílico que nos lleva a un auténtico escenario de película. Pasando por los chopos y álamos de la ribera, aparece ante nuestros ojos esta ermita que parece emerger de las rocas, y donde la tradición cuenta estuvo ubicada, en su día, la cueva del eremita

Un escenario en el que se funden por igual, misterio arte y naturaleza que enamoró y glosó Antonio Machado. “He vuelto a ver los álamos dorados, álamos del camino en la ribera del Duero, entre San Polo y San Saturio, tras las murallas viejas de Soria —barbacana hacia Aragón, en castellana tierra—. Estos chopos del río, que acompañan con el sonido de sus hojas secas el son del agua, cuando el viento sopla, tienen en sus cortezas grabadas iniciales que son nombres de enamorados, cifras que son fechas…”. glosaba.

 

Y si nos remontamos a la historia, allá por el siglo VI, se cuenta que el noble soriano Saturio repartía sus riquezas entre los más pobres con el objeto de resguardarse en unas cuevas junto al Duero, donde viviría durante 30 años de manera eremítica.

Se tiene constancia de un oratorio de San Miguel, que posteriormente pasaría a denominarse de San Saturio en el año 1148. Pero su desmoronamiento hizo que la ciudad de Soria acordada, a finales del siglo XVIII levantar una iglesia que quedaría colgada sobre un roquedal en la ciudad. El lugar elegido no pudo ser mejor. Un marco incomparable. Unas obras que finalizaban en 1704.

La devoción hacia dicho eremita fue creciendo con el paso de los años hasta el punto de construir la ermita en su honor y nombrarlo patrono de la ciudad, ratificado por el Papa Benedicto XIV en 1743 y festejando su día casa 2 de octubre.

En la actualidad se accede por unas grutas naturales que cuenta con diferentes salas. La primera de ellas es la del Cabildo de los Heros, utilizada hace años para reuniones de la hermandad de Labradores y donde se halla una efigie negra a los que los impedidos rezaban ya que no podían llegar hasta la capilla principal.

En la Capilla de San Miguel nos topamos con una vidriera donde se narra un milagro de San Saturio, sobre un niño al que salvó cuando se precipitó al río por dicha ventana. También están la Sala expositiva, la de la Vivienda del Santero, donde se recrea la forma de vida de este personaje a finales del siglo XIX o la Sala de los Canónigos.

Y en la sacristía se conserva la pieza más antigua de la ermita, una talla de estilo gótico que representa a Cristo crucificado y finalmente llegamos a la iglesia, de panta octogonal, con altar barroco y donde se cobija un busto relicario del santo con sus restos. Los frescos que se pueden observar en las cúpula y muros son obras de Juan Zapata Ferrer, y en ella se reflejan pasajes de la vida del Santo y la cúpula y donde aparecen retratos de San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Benito y Jesucristo, que poco a poco, y a través de restauraciones, están recuperando su color.

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